Así lo señalaron Aagesen y Casas durante la inauguración de unas jornadas del Club Español de la Energía (Enerclub), donde más allá de los mecanismos de capacidad mostraron sus discrepancias ante la futura reforma del mercado eléctrico en la que trabaja Europa.

Sobre los mecanismos de capacidad, que permiten asegurar la producción para momentos en que haya problemas de suministro, Aagesen defendió que “no deberían ser instrumentos de último recurso” por lo que pidió que tengan “un planteamiento mucho más racional” para su aprobación.

De hecho, denunció que el sistema “que existe ahora no funciona” y que es “largo, tedioso y complicado” lo que evita que sea eficaz en una situación como la actual, marcada por “una transición que está acelerada”.

Por su parte, Casa sostuvo que los mecanismos de capacidad deberían ser “una medida estructural del nuevo diseño de mercado permitiendo su uso de forma permanente y no temporal”.

En relación con la reforma del mercado, la secretaria de Estado destacó que “todos sabíamos que tenía que llegar pero se ha vuelto más urgente” tras la crisis sanitaria y la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania.

A este respecto, señaló que “la coyuntura tan compleja y tan complicada que hemos vivido ha puesto de manifiesto que el diseño de mercado no está preparado para situaciones de estrés y ha revelado muchas deficiencias y debilidades dentro de la UE” .

GIRO DE 180 GRADOS

Por ello, abogó por un “giro claro y contundente, un giro de 180 grados” al modelo de mercado eléctrico, que según recordó fue fijado en 1998 cuando las energías renovables eran “testimoniales”.

En esta línea, frente a la posición de las eléctricas que piden modificaciones limitadas del sistema actual, defendió que “las crisis han llevado siempre a grandes transformaciones y a grandes cambios para, sobre todo, estar preparados para lo que pueda venir, para que no se repita”.

De hecho, afirmó que “el actual modelo de fijación de precios no es adecuado para un mix descarbonizado de futuro ni para situaciones de tensión” por lo que mostró su deseo de que la futura reforma sea aprobada “lo antes posible”, coincidiendo con la presidencia española del Consejo de Europa.

Entre las prioridades de la reforma, Aagesen citó la necesidad de reducir el impacto del precio del gas, de trasladar el bajo coste de las renovables a todos los consumidores y de fomentar los mercados de plazo de la energía y los mecanismos de capacidad.

Asimismo, defendió la necesidad de que contemple mecanismos de activación rápida ante situaciones de estrés que permitan responder de forma “rápida, justa y equitativa” para proteger a los consumidores sin depender de la capacidad presupuestaria de cada estado.

POSICIÓN ELÉCTRICAS

Antes, Casas defendió que “el mercado interior de la electricidad, en condiciones normales de funcionamiento, resulta adecuado y efectivo”, por lo que sostuvo que la reforma debe ser “estructural y no en base a una situación coyuntural de crisis energética como la que hemos vivido”.

Para ello, pidió que el diseño del mercado permita dar “señales a largo plazo para impulsar las inversiones” en nueva capacidad, almacenamiento y flexibilidad con reglas homogéneas en toda la UE.

Por último, advirtió de que las medidas extraordinarias y de emergencia como la excepción Ibérica deberían “ser temporales y eliminarse tan pronto como sea posible” ya que “han creado incertidumbre regulatoria y han afectado a las inversiones”.