En 1980 y 1993 se adoptaron dos convenios, el de París y Oslo, respectivamente, para establecer mecanismos que garantizaran el medio ambiente marino en esta zona geográfica. Sin embargo, ahora se ha comprobado que hay nuevas vías de contaminación que escapan al control de los mecanismos previstos.

Por ello, el pasado año se convocó una Conferencia Ministerial que aprobó este nuevo convenio que sustituye a los dos anteriores, ya que los completa con la redcción o eliminación de otras fuentes de contaminación a través de los ríos y la atmósfera.

El texto crea una comisión compuesta por representantes de las partes, que supervisará su aplicación, elaborará programas y medidas de prevención y eliminación de la contaminación y establecerá los órganos subisidiarios que considere necesario.

El nuevo convenio consagra también el principio de regionalización, por el que se establece la necesidad de tener en cuenta las características de las regiones y subegiones a la hora de establecer calendarios y adopción de medidas.

El establecimiento de la comisión citada no entrañará obligaciones financieras adicionales.