Este nuevo Plan deberá ser aplicado por todas las entidades aseguradoras a partir del 31 de diciembre de 2008, con independencia de su forma jurídica, así como por las sucursales de entidades de terceros países no miembros del Espacio Económico Europeo.

Según el Ejecutivo, este nuevo Plan supondrá, "entre otras ventajas, una mayor calidad y transparencia de la información contable y financiera, y una reducción de costes para las aseguradoras".

El Plan mentiene la necesidad de que las compañías lleven una contabilidad separada para los negocios de vida y de no vida, en el supuesto de entidades con actividad mixta.

Además, la entrada en vigor de este nuevo plan supone una modificación del Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, para adaptar la terminología al nuevo marco contable.