Lo dijo durante su intervención en el acto ‘Un país para todas las familias’, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con motivo de la conmemoración el domingo del Día Internacional de las Familias, en el que estuvieron presentes la ministra de Igualdad, Irene Montero, el secretario de Estado de Derechos Sociales, Ignacio Álvarez, y el secretario de Estado de la Agenda 2030, Enrique Santiago, entre otras autoridades y representantes de la sociedad civil.

En su alocución, Ione Belarra comentó que la jornada de hoy es la excusa perfecta para “reivindicar nuestro derecho a formar la familia que queramos”; “familias en plural, porque aspiramos a que éste sea un país en el que todas las familias disfruten de todos los derechos”.

Este exordio le permitió confirmar que Unidas Podemos ha alcanzado un acuerdo con el PSOE para elevar al Consejo de Ministros el próximo mes de septiembre “una de las leyes más importantes de la legislatura”: la Ley de Familias, una norma cuya plasmación requerirá una “negociación difícil” con los socialistas y en cuyo proceso reclamó el apoyo de la sociedad civil.

La ministra señaló que “12.000 millones de euros” es lo que separa a España de la media de la Unión Europea en políticas de protección de las familias y la infancia, lo que le permitió aducir que “los números tienen traducciones cotidianas: cansancio permanente, carga mental, días que te dejan exhausta y con la sensación de no llegar a todo, de pasarte el día trabajando sin ver crecer a tus hijos. Y, muchas veces, un inmerecido y cruel sentimiento de culpa que cae, sobre todo, en las mujeres”.

Todo ello, continuó Belarra, redunda en el bienestar de los niños, como lo atestigua el hecho de que España sea “el tercer país de la Unión Europea en tasa de pobreza infantil”, un dato que le impelió a exclamar que “no podemos consentir que haya niños y niñas que tengan su futuro decidido desde la cuna, ni que haya otra generación cuya única herencia sea la pobreza.

A su vez, la ministra expuso que esta situación se refleja en sus familias, especialmente cuando “una sola persona, casi siempre una mujer, cría en solitario”.

Por ello, dejó claro que la Ley de Familias debería reconocer que las familias monomarentales disfruten de las mismas semanas de permiso por maternidad que las familias biparentales en conjunto: 48 semanas.

También tendría que considerar como familias numerosas a las familias monomarentales y parentales con dos hijos a cargo y recoger la puesta en marcha de una renta por crianza de una cuantía de cien euros mensuales por vástago, que se incremente hasta los 125 euros para las familias monomarentales o con miembros con discapacidad.

A su vez, Ione Bellara subrayó el problema de conciliación existente en España, una realidad cuya reversión pasa por “reequilibrar” las responsabilidades entre hombres y mujeres y por que el Estado asuma su responsabilidad.

Por ello, concluyó su discurso proponiendo que la ley incorpore medidas como la ampliación de los permisos de nacimiento o adopción hasta las 24 semanas para cada progenitor, la protección de la lactancia materna hasta los seis meses o un permiso de cuidados de siete días para cuidar de los miembros de las familias cuando caen enfermos.

Por su parte, Irene Montero aventuró que la negociación con los socialistas será “seguramente difícil”, a pesar de lo cual se mostró convencida de que la Ley de Familias será “lo más completa, lo más ambiciosa y los más valiente posible” para reconocer una amplia panoplia de derechos para “todas las familias”.

Remató su intervención sugiriendo que la ley causará un “debate social y generará conversaciones”, ya que es “profundamente ideológica”, porque “se legitima desde las instituciones el derecho de todo el mundo ser quien es sin ver mermados sus derechos y el derecho de todo el mundo a formar la familia que quiera”, frente a “la derecha que solamente tienen un modelo de familia excluyente, que las deja solas ante el peligro”.