ELECCIONES

EL GOBIERNO ANALIZA AL AÑO 8.500 PRODUCTOS SOSPECHOSOS DE INCUMPLIR NORMAS DE SEGURIDAD O ETIQUETADO

- La etiqueta de los alimentos españoles se ajusta a las exigencias de todas las convicciones éticas y religiosas

MADRID
SERVIMEDIA

El Ministerio de Sanidad y Consumo analiza cada año un total de 8.500 muestras de productos de todas las comunidades autónomas "sospechosos" de incumplir normas de seguridad o etiquetado.

Según afirmó hoy en rueda de prensa la directora general de Consumo y Atención al Ciudadano, Ángeles Heras, del número total de productos analizados, que ha pasado de 6.000 a 8.500 esta legislatura, sólo el 7% (595) presenta irregularidades. La mayoría de ellos son juguetes.

Con motivo del Día Mundial de los Derechos de los Consumidores, que se celebra mañana, Heras insistió en que la normativa estatal en materia de consumo permite que cualquier consumidor "pueda elegir libremente los productos que consume de acuerdo con sus opciones económicas, éticas o religiosas", a través del etiquetado, ya que "su veracidad es contrastada por las autoridades responsables en la materia".

Así, aseguró que el etiquetado de los productos que se comercializan en España permite conocer si una prenda de vestir o un calzado tiene fibras animales en su composición, lo que facilita "la objeción ética a su consumo por convicciones conservacionistas".

OBJECIONES ÉTICAS O RELIGIOSAS

Además, cualquier persona con limitaciones metabólicas o que elija una opción de consumo propia, como una dieta vegetariana, macrobiótica o libre de transgénicos, tendrá también la información que necesita en la etiqueta.

Del mismo modo, las personas que profesen la religión musulmana pueden averiguar a través del etiquetado si un alimento es "halal" o permitido por el Corán porque no presenta en su composición ingredientes o sustancias provenientes de animales prohibidos por la normativa islámica, como el cerdo.

Asimismo, la comunidad judía puede limitarse, gracias a la información contenida en el etiquetado de los productos, al consumo de alimentos procedentes de la carne de cuadrúpedos si son rumiantes y tienen la pezuña hendida, o de pescados que tengan a la vez aletas y escamas, como ordena la Torá, y abstenerse de consumir cerdo, caballo, conejo y liebre, o productos de la pesca como el rape o la anguila.

De la misma forma, como su religión prohíbe tomar ningún producto lácteo con carne, los judíos pueden rechazar el consumo de quesos que hayan sido elaborados con cuajo animal a través de la información contenida en la etiqueta.

Un caso similar es el de los hindúes o los shiks, cuya religión les veta el consumo de carne de vacuno, o el de los hare krishnas, que tienen, además, prohibido el consumo de vinagre.

Según explicó Heras, el Centro de Investigación y Control de la Calidad del Ministerio utiliza "las técnicas de análisis más novedosas" para verificar el contenido de las etiquetas de productos tanto alimenticios como textiles, lo que lo sitúa como el laboratorio público de control de mercado "más completo" de Europa.

Para ello se sirve de sistemas de análisis basados en estudios sobre el ADN o el RNA, las proteínas o anticuerpos, o en técnicas físicas, como la microscopía electrónica.

(SERVIMEDIA)
14 Mar 2008
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