El monarca ofreció a mediodía una recepción a las altas autoridades del Estado y representantes de instituciones oficiales con motivo de su santo, que comenzó a las 12,30 horas en el palacio de la Zarzuela.

Sin embargo, don Juan Carlos decidió suspender la tradicional y multitudinaria recepción a personalidades de diversos ámbitos de la sociedad debido a la muerte de don Juan, por quien la familia real guada luto.

Con anterioridad a la recepción, los reyes, sus hijos, doña Maria de las Mercedes y las infantas doña Margarita y doña Pilar, asistieron en la capilla del palacio a una misa oficiada por el arzobispo general castrense, monseñor José Manuel Estepa, en la que también estuvieron presentes los miembros de la Casa del Rey.

Durante la cermonia religiosa, moseñor Estepa recordó en su homilía al padre del Rey, don Juan de Borbón, fallecido el pasado 1 de abril, quien habitualmente celebraba su snto este día junto a don Juan Carlos.

Al término de la misa, y después de una sesión fotográfica junto a la familia real, el Rey recibió en la Sala de Audiencias del Palacio de la Zarzuela a Felipe González y a los restantes miembros del Gobierno en funciones, que felicitaron al monarca.

González llegó a la Zarzuela minutos después de mantener una extensa entrevista en el Palacio de la Moncloa con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, durante la cual abordaron las condiciones ara formar un Gobierno de coalición.

A la recepción, que se prolongó aproximadamente hasta las dos de la tarde, también acudieron el nuncio del Papa en Madrid, decano de los embajadores acreditados en España, monseñor Mario Tagliaferri; los presidentes del Congreso y del Senado, Félix Pons y Juan José Laborda; así como el jefe del Estado Mayor de la Defensa, José Rodrigo.

También felicitaron al monarca por su santo el presidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodrígue-Piñero; del Consejo Genral del Poder Judicial, Pascual Sala, y el del Tribunal de Cuentas, Adolfo Carretero, así como el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el alcalde de la capital, José María Alvarez del Manzano, entre otras personalidades.

Tras la recepción, los miembros de la familia real mantuvieron un almuerzo íntimo en el Palacio de la Zarzuela.

Esta es la segunda ocasión en la que el monarca no celebra su santo con una multitudinaria recepción, ya que el pasado año el Rey decidió festejarlode manera más íntima debido a las numerosas actividades oficiales de la familia real con motivo de los acontecimientos de 1992.