EL GOBERNADOR DE VALLADOLID AFIRMA QUE PEÑAFIEL "NO ES OTRO MANCHA REAL"
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El gobernador civil en funciones de Valladolid, Leonardo Marcos, dijo hoy que Peñafiel "no es otro Mancha Real" (localidad jienense donde se produjeron fuertes enfrentamientos entre payos y gitanos) y que no estamos ante un conflicto interrcial, sino ante un grupo de violentos aislado.
Leonardo Marcos hizo estas manifestaciones después de mantener una reunión con un grupo de vecinos de la localidad vallisoletana de Peñafiel, encabezados por su alcalde, Honorino Fernández, tras los incidentes registrados anoche en ese pueblo entre gitanos y payos.
El gobernador civil recibió del alcalde un manifiesto firmado por 2.100 vecinos en el que se pide "la convivencia pacífica, de igual a igual", de todos los ciudadanos, sean de la raza que ean.
El manifiesto surgió como consecuencia de una pelea que tuvo lugar anoche, después de la corrida de toros de las fiestas, en la que intervinieron menos de una decena de personas, de ambas razas, y que se saldó con 2 heridos leves.
A causa de la pelea, los ánimos de los vecinos comenzaron a encresparse, hasta que se formó en el centro de la localidad una manifestación espontánea, pidiendo que las autoridades tomaran medidas para evitar este tipo de conflictos en el futuro.
Inmediatamente el Ayuntamiento decidió suspender la verbena nocturna y el resto de actos previstos para la penúltima noche de fiestas. No obstante, esta mañana, el encierro se celebró con total normalidad.
El alcalde de Peñafiel, Honorino Fernández, acordó con el gobernador civil convocar una nueva reunión la semana que viene en el Ayuntamiento de la localidad, en la que participen ambas partes y en la que los miembros de la comunidad gitana accedan a vivir en paz.
Por el momento, Leonardo Marcos ha decidido n adoptar medidas especiales de seguridad ni incrementar el número de efectivos policiales en la localidad, "porque no lo creemos necesario", dijo.
Honorino Fernández, a quien algunos vecinos han solicitado que dimita, desmintió por otra parte esta mañana algunas informaciones que aseguraban que anoche un grupo de vecinos se dirigió a la barriada gitana con la intención de prender fuego a las casas.
Los vecinos disienten en sus opiniones. Mientras algunos afirman que la comunidad gitana -formada pr unas 240 personas de un total de 5.000 habitantes- es violenta en su totalidad y piden que se les eche del pueblo, otros sólo piden seguir viviendo en paz, "como hasta ahora".
(SERVIMEDIA)
18 Ago 1994
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