El Ararteko considera que esa es la mejor forma de defender los derechos laborales de estas personas y evitar prácticas que les perjudican, como la subcontratación y no pagarles ninguna cantidad hasta la terminación de sus trabajos.

Asimismo, la contratación en origen de estos trabajadores facilitaría una ampliación de las ayudas por desplazamiento, que en la actualidad se dan a un escaso número de personas.

Estas recomendaciones del Defensor del Pueblo vaso forman parte de un trabajo monográfico sobre este problema realizado en 1997 y que se manifiesta a partir de septiembre con la vendimia y después con la patata.

Respecto a las responsabilidades de las diferentes partes implicadas, el Ararteko señala como ejemplo a seguir el Convenio colectivo para la actividad agropecuaria de La Rioja correspondiente a 1996, que prevé las necesidades de alojamiento de los temporeros y sus familias.

En concreto, ese convenio señala que "los empleadores vendrán oligados a facilitar alojamiento (vivienda) a aquellos trabajadores que por la naturaleza del trabajo que vayan a desempeñar se denominen temporeros. En el defecto de alojamiento (vivienda), el empleador abonará el tiempo de la vivienda alquilada que el empleado haya elegido para residencia".

"Evidentemente", apostilla el Defensor del Pueblo vasco, "la existencia de una normativa específica que regule aspectos mínimos no garantiza, por si sola, el cumplimiento de los mismos, pero sirve para la clarificción de los derechos y deberes de cada parte, y para la inspección y el control que corresponde a la Administración".