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EL GENERAL NAVARRO CULPA A LAS AUTORIDADES TURCAS DEL ERROR EN LAS IDENTIFICACIONES

- Aunque matiza que los generales "no son infalibles"

MADRID
SERVIMEDIA

El general del sanidad Vicente Navarro, acusado en el juicio por las identificaciones del Yak-42, culpó hoy a las autoridades turcas y atribuyó los errores en la filación de 30 de las 62 víctimas a las "manipulaciones" a las que sometieron los turcos a las bolsas que contenían los restos de las víctimas.

Aun así, Navarro, que hizo estas afirmaciones durante la primera jornada del juicio que la Audiencia Nacional está celebrando por el error en las identificaciones del Yak-42, dijo que los generales "no son infalibles" y admitió que pudo haber errores por parte de la delegación española que él dirigía, si bien éstos se produjeron "en la entrega, no en la identificación".

"Llevo seis años preguntándome cómo pudo pasar y no lo entiendo", dijo el general Navarro, quien aseguró que no sometió a los cadáveres a las pruebas de ADN porque las autoridades turcas no les dejaron y negó que el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, le ordenara identificar rápidamente a las víctimas.

El fiscal encargado del caso, Fernando Burgos, que estuvo acompañado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, pide para Navarro un pena de cinco años de prisión, al acusarle de un delito continuado de falsedad en documento oficial.

Este mismo delito es el que atribuye a los dos subalternos del general Navarro, el comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez, para quienes pide cuatro años y medio de cárcel. Sáez y Ramírez serán interrogados cuando finalice la declaración de Navarro.

Todos ellos están acusados de un delito continuado de falsificación en documento oficial por haber faltado a la verdad cuando atribuyeron una filiación que no era la suya a 30 de las 62 víctimas del accidente aéreo, que tuvo lugar el 26 de mayo de 2003 en Trebisonda (Turquía).

SITUACIÓN "CAÓTICA"

Durante el relato que Navarro hizo de las labores de identificación que junto a sus subordinados Saéz y Ramírez realizó en Trebisonda, lugar al que se desplazó el mismo día del accidente por orden del ministro Trillo, el acusado cargó contra las autoridades turcas y la asistencia que les ofrecieron.

Para empezar, criticó los "grandes problemas de comunicación" que surgieron nada más llegar a la cámara frigorífica en la que las autoridades turcas habían almacenado los restos de las víctimas, debido a que los turcos no hablaban "ni inglés ni francés" y no tenían asistencia de ningún intérprete.

"La situación fue caótica", dijo Navarro, quien destacó que durante las primeras gestiones de identificación "no se hacía nada sin el control absoluto de los turcos", que habían previamente guardado los restos en sacos numerados, unos envases "que fueron bailando constantemente".

El acusado explicó que, una vez llegaron el cónsul español y los aviones con los féretros para repatriar a los fallecidos, las autoridades turcas le dieron el acta de entrega para que lo firmase.

El acusado quiso dejar claro que la lectura que el intérprete, que llegó junto con el cónsul, realizó del acta de entrega de los cádaveres no fue "literal, sino capitular", aunque, aun así, firmó el documento.

Dos meses después, cuando llegó a España el acta traducida al castellano, fue cuando el general Navarro, según explicó, se percató de que no todos los cadáveres estaban identificados, algo que calificó de "mentira". Aseguró que si llega a tener conocimiento de ello, no hubiese firmado el acta de entrega y se hubiese quedado "los días que hicieran falta" para finalizar las identificaciones.

Dos días después del accidente y una vez de vuelta en España con los féretros, en la base aérea de Torrejón de Ardoz, Navarro puso personalmente al corriente de su trabajo al ministro Trillo y ordenó a Sáez y Ramírez que realizaran los certificados de necropsia para entregárselos a los familiares.

(SERVIMEDIA)
24 Mar 2009
CAA