Así lo defendió durante su intervención en la inauguración de las jornadas ‘El juego de mesa como herramienta en logopedia y psicología’, organizadas por la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, en la que, tras puntualizar que jugar “no es solo divertirse”, recordó que esta actividad también permite “enseñar, educar y estimular” a las personas.

Por ello, la consideró un instrumento para ayudar a “adquirir valores fundamentales y hacernos crecer como sociedad”. “La finalidad de un juego es la diversión y eso es un valor irremplazable y efectivo por sí mismo, pero jugar es también aprender a pensar, a esperar, a socializar, a planificar, a crecer, a enfrentar problemas y a asumir retos”, abundó.

“Jugar es ponerse en la piel de otro, conocer nuevos límites propios y ajenos, construir empatía”, añadió, consciente de que la ‘Teoría de Juegos’ “demuestra que los elementos lúdicos tienen aplicación mucho más allá de las matemáticas aplicadas como, por ejemplo, en la política, la sociología, la filosofía o la psicología”.

A este respecto, subrayó el interés de su departamento por "promover" los juegos de mesa como una alternativa de “consumo responsable y ocio saludable y educativo” frente a otras formas de ocio como las casas de apuestas, que, insistió, “entrañan riesgos y generan daño a aquellas personas más vulnerables y jóvenes” y que han experimentado un “desarrollo desaforado” con “consecuencias graves”.

En este sentido, aseveró que jornadas como la que se celebra este viernes en la Universidad Complutense resultan “sumamente importantes”, al entender que contribuyen a “abrir a la comunidad científica y pública” experiencias como las de la utilización y aplicación de los juegos de mesa en el ámbito clínico “para mejorar capacidades desde la psicología y logopedia, contribuyendo, el juego, a generar beneficios en la estimulación cognitiva”.

“Hay que generar incentivos para que la gente joven quiera hacer cosas que son saludables. Si no construimos esos incentivos, va a ser muy difícil que rompa sus viejas inercias de ir a un centro comercial a consumir una forma de diversión muy específica o a un salón de apuestas a apostar”, sentenció.