En un auto hecho público hoy, el magistrado les imputa la comisión de un delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes (cocaína) y de un delito de contrabando, y les impone multas de entre 200 y 250 millons de pesetas por sus responsabilidades en el sumario.

Los hechos se iniciaron en marzo de 1991, cuando los procesados se pusieron en contacto con un "cartel" colombiano para introducir droga en España.

Para realizar la operación, adquirieron el barco "Dobell", que fue trasladado a Portimao (Portugal), donde permaneció un tiempo hasta que se dirigió a las costas suramericanas para recibir el cargamento y regresar, en mayo de 1991.

En la misma fecha, otra embarcación que participó en la operacón salió al encuentro de la "Dobell" para interceptar la mercancía en alta mar y trasladarla a la entrada de la ría de Cedeira (La Coruña), donde le esperaba una "zodiac" para acercar la cocaína hasta la playa.

1.400 KILOS DE "COCA" A LA DERIVA

Debido al mal tiempo y la gran cantidad de droga, el encargado del transporte de los fardos amarró parte de ellos en aguas próximas a la entrada de la ría y llevó a tierra 12 fardos con unos 300 kilos de cocaína, que fueron desembarcados y trasladados a una frgoneta, para su distribución.

El resto de la mercancía, 1.400 kilos de droga repartidos en varios fardos, se desprendió de las amarras a causa del temporal y fue localizado durante los días siguientes flotando en distintos lugares de la ría.

Este fracaso, según el auto de Garzón, provocó un ajuste de cuentas de la banda colombiana, que no recibió el dinero fijado como precio de la droga. Los "narcos" suramericanos concertaron una cita en Benavente (Zamora) con Luis Jueguen Vilas y Luis Vilas Marínez, durante la que este último fue asesinado en un tiroteo.

TESTIGO PRESIONADO

Garzón basa su actuación en la declaración del testigo Juan Carlos Sotelo Martínez, encargado de la compra del barco con el que se intentó realizar la operación, y también procesado por esta causa.

El juez refiere en su auto que Pablo Vioque visitó "en numerosas ocaciones" al anterior para "convencerle de que lo más conveniente era no hablar, ofreciéndose para correr con todos los gastos y cubrir las necesidades desu familia".

Incluso, le ofreció participar en una nueva operación de tráfico de cocaína para "resarcile de las pérdidas". Según Garzón, "de esta forma consigue evitar que declare ante la autoridad judicial durante bastante tiempo, hasta que el día 24 de marzo de 1997, lo hace", y relata los hechos.

Pablo Vioque deberá comparecer mañana a las 10,00 horas en la Audiencia Nacional para ser interrogado por el juez Baltasar Garzón, quien definitivamente instruirá esta causa.

De hecho, este sumaro fue iniciado por el juez Javier Gómez de Liaño, quien decidió que Pablo Vioque debía permanecer en prisión a la espera de nuevas diligencias. Pero Garzón, durante una guardia en sustitución del anterior, decidió concederle la libertad provisional bajo fianza de 10 millones de pesetas, de la que actualmente disfruta.