Política

Garzón cree que el “puzzle más importante” para la izquierda es lograr un desarrollo “ajustado” a los límites del planeta

- Alerta de los peligros del “ecofascismo” de la ultraderecha

Madrid
SERVIMEDIA

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, defendió este miércoles que el “puzzle más importante” al que se enfrenta la izquierda a nivel internacional es el de conseguir un desarrollo económico “ajustado” a los límites del planeta.

Así lo expresó durante su intervención en la inauguración del seminario ‘online’ internacional titulado ‘Imaginarios de desarrollo post-extractivista y economías heterodoxas en el Sur Global’, organizado por el Instituto República y Democracia y en el que alertó sobre los peligros que representa el “ecofascismo” que, a su juicio, abandera la ultraderecha.

“Cómo somos capaces de desarrollar económicamente nuestro país al mismo tiempo que adaptamos, ajustamos, nuestra economía a los límites del planeta es el puzle más importante que tiene la izquierda internacional en todas partes por delante”. “Cómo conseguimos construir un modelo de sociedad, que es también un modelo económico, con una economía no entendida a la manera neoclásica de asignación de recursos escasos, sino a la manera clásica de cómo, qué se produce, cómo se distribuye y cómo se consume dentro de los límites del planeta”.

Y ello, a su entender, para dar pie a una sociedad en la que sus miembros puedan desarrollarse con libertad, entendida “en un sentido positivo, de autonomía, de suficiencia, de poder hacer, en el sentido republicano, por lo tanto”. “Esto es lo que yo creo que marca los retos en general de la izquierda internacional para los próximos años y espero que podamos abordar con acierto”, sentenció.

Según Garzón, en la actualidad existe una “desincronización con cómo funciona la economía, entendida en un nicho pequeño, con respecto a los límites del planeta”. “Los límites del planeta han sido ampliamente superados ya por esta dinámica económica” frente a la que los países tienen “responsabilidades asimétricas”, apostilló, al tiempo que urgió a “adaptarnos a esa nueva realidad imperiosa e inevitable de vivir dentro de los límites del planeta” que hace “insostenible” el actual modelo de producción y consumo.

Garzón urgió a los economistas a “aprender de las leyes de la termodinámica para entender bien cómo funciona realmente la economía”, así como a “estudiar y profundizar en los autores independentistas estructuralistas” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que, dijo, “han identificado muy bien los desequilibrios comerciales y económicos para poder tener economías en equilibrio y que luchan contra esas desigualdades”.

Tras reiterar el “negacionismo climático” que, a su juicio, abanderan “ciertos sectores sociales, normalmente de la ultraderecha”, aseguró que la “inmensa mayoría de los sectores reaccionarios de este país saben perfectamente que hay límites naturales del planeta”. “La única diferencia, la gran diferencia, es que ellos apuestan por cerrar las barreras que separan lo que es el nosotros del otros, entendidos a veces de forma nacionalista o nativista o de formas diferentes, pero, al final, vinculado a las estrategias anti-inmigración, al racismo, a la xenofobia”, abundó.

A este respecto, denunció la “lectura” que, a su entender, hacen quienes se encuentran en esta posición y que son conscientes de que hay pocos recursos en el planeta, pero creen que “no se trata de compartirlos, sino de patrimonializarlos”. “De dejar que el resto del mundo sufra las consecuencias climáticas y de la presión del impacto medioambiental”, dijo, para advertir de que “eso es el eco fascismo, una solución claramente basada en el autoritarismo, por cierto, también vinculado a la energía nuclear normalmente, y a posiciones absolutamente contrarias al concepto de libertad positiva”.

“Creo que es importante que sepamos que estos son los retos y los riesgos reales políticos a los que nos enfrentamos si no somos capaces de articular grandes alianzas, por supuesto sur-sur y por supuesto de tipo social, y muy amplias para combatir eso”, resolvió.

Por su parte, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, criticó que el sistema ha situado el consumo como una forma de “auto valoración personal, una forma de ocio y una forma de tener aspiraciones de cambio en la propia vida y el combate contra eso es fundamentalmente cultural”.

“Así es como se mata el hiperconsumismo, acudiendo a las fuentes primordiales de la felicidad humana y no a los sucedáneos que se nos intentan vender con brillantes anuncios”, afirmó, convencido de que “la clase parasitaria más alta consume tantísimo en términos materiales que, si bajaran su nivel de consumo a los niveles de consumo de la clase media y toda la clase popular pudiera aumentar sus niveles de consumo a los niveles de la clase media, en la sumatoria global estaríamos disminuyendo los niveles de consumo globales de la humanidad”.

En la misma línea, la subsecretaria de Economía y Empresas de menor tamaño de Chile, Javiera Petersen, explicó que el Gobierno de Gabriel Boric presta “una especial atención” a la pequeña empresa, al entender que la construcción de un tejido social y productivo “más democrático” requiere una “democratización también de la manera en que se está organizando la economía”.

“El ejemplo más evidente es que varias de las reformas sociales, como el alza del salario mínimo en Chile, va a venir acompañado de un esquema que permita a las micro y pequeñas empresas poder hacer frente a ese alza del salario mínimo que es un alza sustantiva”, manifestó, para señalar que para el Ejecutivo de Boric también es “central” fomentar “nuevas formas de asociatividad empresarial como potencial económico en sí mismo” así como garantizar las necesidades de la población y la sostenibilidad ambiental.

(SERVIMEDIA)
20 Abr 2022
MJR/clc