El ministro admitió que "se observa un sentimiento de cansancio en la sociedad española al ver que el sacrificio de los 'cascs azules' no obtiene el fruto deseado", y que él mismo se siente "un poco cansado, porque estamos allí para que el proceso de paz avance y para que el invierno no tenga consecuencias dramáticas en centenares de miles de personas".

García Vargas indicó que hay que replantearse la continuidad de la misión de paz española en Bosnia, dado que si los contendientes no son capaces de avanzar, no puede significar un gran beneficio. Por ello, el minitro dijo que la actitud del Gobierno "es estar allí hasta queeste contingente termine su misión (en marzo) y antes de que se produzca el relevo lo valoraremos con nuestros socios de la UEO, OTAN y ONU".

El funeral del capitán Alvarez comenzó una hora después de la hora prevista, ya que la niebla impidió que el ministro pudiera desplazarse por avión y tuvo que hacerlo por carretera.

El cádaver hizo su entrada a las 12 en punto del mediodía en el Patio de Armas del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros número 12 de Zaragoza.

Con él sonya 11 los militares españoles que han perdido la vida cuando realizaban tareas de ayuda humanitaria en la antigua Yugoslavia.

La ceremonia religiosa, a la que asistieron, además de García Vargas, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Ramón Porgueres, y las principales autoridades civiles y militares de la región, fue oficiada por el padre José Luis Jiménez Pérez, en representación del arzobispo de Zaragoza y concelebrada por otros 6 sacerdotes más.

En su homilía, el sacerdote destacó la capacida de sacrificio del capitán fallecido, así como su actitud de servicio. Acabada la misa, se realizó un homenaje a los caídos con la imposición al féretro de una corona de laurel.

El ministro condecoró al capitán con carácter extraordinario y a título póstumo con la cruz del mérito militar, que fue entregada a la viudad del capitán, que en todo momento estuvo acompañada por el hermano del fallecido.

El cadáver de Fernando Alvarez, que será inhumado en su localidad natal de Pillerno (Asturias), ha tnido que ser trasladado finalmente por carretera como consecuencia de la niebla que cubre tanto Zaragoza como Avilés y que impide cualquier vuelo.

El responsable de Defensa negó que la zona donde los "cascos azules" españoles desempeñan su misión de paz sea la más peligrosa, aunque ha admitido que le preocupa el emplazamiento de Jablanica y la situación en la que se encuentran los efectivos que se ubican en la zona de Mostar.

Por otra parte, no descartó la posibilidad de que otro grupo de militars del Regimiento de Pontoneros vaya a ser enviado a la zona del conflicto en las próximas fechas.