`Ser voluntario para todo sacrificio, solicitando y deseando ser siempre emplado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga' (Decálogo del cadete. Academia General Militar).

Y ahora, yo con Galindo:

Cumplir escrupulosamente con su deber teniendo fé ciega en el mando como corresponde a un buen soldado y servir, como mejor sabía, a España, ha sido siempre la constante del general del Ejército Español y de la Guardia Civil, don Enrique Rodríguez Galindo, mi compañero de la XIX promoción de la Academia General Militar de zaragoza, mi buen amigo y mejor superior jerárquico.

Ahora, ese cumplimiento del deber, ese servicio en favor de todos los españoles, se está enjuiciando en los tribunales, en la calle y en muchos medios de comunicación con una perspectiva distorsionada por los cerca de diez o doce años transcurridos, y parece que se han olvidado las circunstancias sociales, legales y políticas de aquellos momentos y, sobre todo, la situación de terror continuado en la que entonces vivíamos.

Personalmente, hubiera querido estar donde él ha estado. He sentido sana envida de sus éxitos profesionales y hubiera querido saber combatir a los cobardes terroristas etarras con la eficacia que él nos ha demostrado con los más de cien comandos desarticulados y, de haber tenido la oportunidad, lo hubiera hecho sin dudar, so riesgo de no ser digno de vestir el uniforme que honrosamente visto.

Por todo esto, porque estoy seguro de que siempre se atuvo a la legalidad vigente, porque tengo que ser consecuente con mi línea de pensamiento, y porque, en conciencia creo, no es justa l situación en la que actualmente se encuentra, quiero solidarizarme con él y compartirla.

Ignoro cuál será el veredicto final que dicte la Justicia pero ya tiene el mío: ¡INOCENTE! y que caiga sobre su corazón la accesoria de la carga de mi agradecimiento por su ejemplo.

Que Dios y la Virgen del Pilar le ayuden y que los españoles de bien acaben comprendiendo y le hagan justicia.