Según Roldán, el presidente del Gobierno decidió poner en manos del fiscal las acusaciones que habían saltado a los medios de comunicación en 1987 contra Amedo y Domínguez, como presuntos miembros de los GAL, durante una reunión que mantuvo con el entonces ministro del Interior, José Brrionuevo, y el ministro de Justicia, Fernando Ledesma.

El Gobierno pensaba controlar políticamente el tema, según señaló Roldán al juez Móner, pero la llegada a la Audiencia Nacional del magistrado Baltasar Garzón desbarató sus planes, informó Murillo, quien estuvo presente en la declaración del ex director general de la Benemérita ante el juez Móner.

Luis Roldán inició su comparecencia ante el magistrado a las 10.45 horas y una hora y media después, en un receso, el letrado Manuel Murillo relat a los periodistas lo que el ex director general de la Guardia Civil relató a Móner.

Según Murillo, Roldán dijo al magistrado que en 1987, cuando saltó a los medios de comunicación la posible relación de Amedo y Domínguez con los GAL, varios miembros del Gobierno, al menos Felipe González, José Barrionuevo y Fernando Ledesma, debatieron qué hacer con esos dos policías, ya que eran muy peligrosos, porque podían contar todo lo que sabían.

Roldán habló también de las reuniones que había tenido con vrios fiscales generales del Estado anteriores, entre ellos Leopoldo Torres y Eligio Hernández, sobre la preocupación general que había en el Gobierno de que Amedo y Domínguez pudiesen hablar de todo lo que sabían.

PLAN DE SECUESTRO DE AMEDO

El ex director de la Benemérita también relató a Móner que Rafael Vera planteó la posibilidad de asaltar el furgón donde viajaban Amedo y Domínguez y secuestrarlos, para trasladarlos en avión a un país de Sudamérica. La operación se descartó, según Roldán, por elmiedo de que hubiese un enfrentamiento entre los guardias civiles que escoltaban a los detenidos y los encargados del asalto.

Siempre según Murillo, Roldán declaró que en la reunión que mantuvo González con Barrionuevo y Ledesma, este último propuso la intervención del fiscal jefe del Estado para salvar políticamente el tema.

Según contó Roldán al magistrado, todo iba muy bien cuando el 'caso GAL' lo instruía el presidente de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, Francisco Castro Meije, hast que se marchó y cambió también al fiscal.

El ex director de la Benemérita añadió que la sorpresa se produjo cuando llegó Baltasar Garzón al juzgado número 5 de la Audiencia Nacional y fue entonces cuando se rompieron todos los pactos, ya que se dieron cuenta de que a Garzón no lo controlan.

Roldán señaló que la defensa de Amedo y Domínguez se había pagado con fondos reservados y que hubo una primera entrega al abogado Gonzalo Casado de 25 millones de pesetas por hacerse cargo nada más del asuntoy después, según le contó a él Rafael Vera, se entregaron cantidades muy superiores. "Hablaban de que había salido la defensa de Amedo y Domínguez por un ojo de la cara", dijo el letrado Murillo.

Sobre el asesinato del refugiado vasco Juan Carlos García Goena, Roldán dijo que Barrionuevo y Vera le manifestaron que había sido una acción personal de Amedo y Domínguez para obligar al Gobierno a que solucionara sus problemas y que vieran que estaban dispuestos a todo, incluso al asesinato.

Barrionuev también le contó a Roldán, según el relato de éste, que muchas acciones de los GAL fueron realizadas por los mercenarios que ellos habían contratado, pero que otras no sabían de quiénes eran.

SECUESTRO DE SEGUNDO MAREY

Respecto al secuestro de Segundo Marey, Roldán señaló que la noche del secuestro él habló personalmente con Barrionuevo y que éste le dijo que era un tema que él había ordenado y le indicó que no se metiera.

Roldán también dijo a Móner que el abogado Jorge Argote preparó con aboados de Portugal las famosas cartas portuguesas y que a éstos se les pagaron cinco millones de pesetas, según señaló Murillo.

El letrado explicó que Roldán no entregó ningún documento al juez Móner que avale todas estas declaraciones, aunque dio profusos datos de fechas y lugares.

El ex director de la Guarida Civil dijo el nombre de personas que él se había encontrado en el despacho de Rafael Vera, "personas muy importantes, entre ellas una magistrado de este tribunal", aseguró Murillo, "que dijotratarse de José Augusto de Vega".

Asimismo, Roldán habló del uso que los ministros hacían de los teléfonos móviles, uno de ellos directo que sólo se utilizaba para asuntos delicados y urgentes.