GAL. DOMINGUEZ DECLARO A MONER QUE GARZON LE AMENAZO CON ENCARCELARLE A EL Y A SU ESPOSA SI CALLABA SOBRE EL GAL

MADRID
SERVIMEDIA

El ex policía Míchel Domínguez fue presionado por el juez Baltasar Garzón a finales de 1994 para que relatara todolo que sabía sobre la guerra sucia contra ETA a partir de informaciones que el magistrado había recibido extraprocesalmente del propio Domínguez año y medio antes, en abril de 1993, y de otras que el magistrado había recabado durante su paso por el Ministerio de Interior, según manifestó hoy su abogado, Jorge Manrique.

Domínguez fue citado por el juez Eduardo Móner, que instruye el 'caso GAL' en el Tribunal Supremo, después de que en una comparecencia anterior Domínguez se negara a revelarle el contendo de los encuentros que mantuvo con el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón antes y después de que éste entrara en la política bajo las siglas del PSOE.

Hace una semana, Domínguez manifestó públicamente que deseaba relatar a Móner en qué consistieron esas conversaciones con Garzón porque no estaba dispuesto a tolerar que el ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán le acusara de ser, junto al ex subcomisario José Amedo, de ser autor material de la muerte del refugiado vasco Jan Carlos García Goena, delito por el que ambos ex policías fueron juzgados y absueltos.

La declaración que hoy realizó Míchel Domínguez ante el juez Eduardo Móner varía según se refiera a ella un abogado u otro. El letrado de Domínguez, Jorge Manrique, señaló que el 21 de abril de 1993 el ex policía mantuvo una entrevista informal con Garzón, en la que le solicitó ayuda para mejorar su situación jurídica, ya que llevaba cinco años en prisión por su participación en varias acciones de los GAL.

PERSOAS IMPLICADAS

Domínguez facilitó entonces al magistrado de la Audiencia Nacional "una serie de información ampliando lo que pudieran ser las personas implicadas en la trama GAL -genéricamente, no ajustándola al sumario Marey-", indicó Manrique.

El defensor de Domínguez añadió que "esos datos ya eran en parte conocidos por el instructor; le iba preguntando nombres y él iba asintiendo con la cabeza, hasta las siete de la tarde, que salimos de su despacho. Con posterioridad, en la siguente parte de a conversación, según ha declarado él, parece que ya no estábamos hablando con el juez Garzón, sino que estaba hablando con un político".

Domínguez dijo que, en un momento determinado, Garzón "le informó de que pudiera o no ser 'número dos' en las listas del Partido Socialista, que qué le parecería", a lo que Domínguez respondió que si eso fuera cierto no estaría hablando con él.

Según Domínguez, Garzón llegó a decirle "no declares todavía, déjalo pasar", confirmó su abogado. Manrique añadió que inclusive le dijo que si en un momento fuera a declarar, que se lo avisara con anterioridad".

Preguntado si en el encuentro se había hablado de indulto, el letrado de Domínguez afirmó que Garzón le había dicho al ex policía, según éste manifestó hoy a Móner, "que desde el nuevo puesto en el que se iba a encontrar podría ayudarle inclusive más en su problema que desde el que se encontraba en aquel instante".

VUELTA A LA AUDIENCIA NACIONAL

Año y medio después, cuando Baltasar Garzón regresó de lapolítica, concretamente del Ministerio de Interior, el juez reabrió, el 21 de octubre de 1994, los sumarios por el secuestro de Segundo Marey y el atentado del hotel Monbar, en el que murieron cuatro personas y que llevaba más de tres años "sin que se moviera un sólo papel".

"Esto le genera una cierta intranquilidad", señaló Manrique, "porque, según ha manifestado, de la lectura de ese documento judicial, de aproximadamente siete u ocho puntos y unos dos folios de volumen, él dedujo que el contenido d dicho auto mostraba que el juez instructor era conocedor de todas y cada una de las respuestas que contenía ese auto".

Domínguez mantuvo a partir de entonces diversas entrevistas con el juez Garzón, en las que, según explicó hoy a Móner, "de alguna manera se halla arrinconado, puesto que en ese auto consta que se oficie una comisión rogatoria al Cantón Ginebrino (Suiza), a la atención del juez Paul Perraudin, para que determine si por si o por terceras personas había cuentas abiertas a nombre de los eñores Amedo y Domínguez, y él automáticamente dedujo que ese auto tenía certeza total y absoluta, información que él (Garzón) había adquirido como consecuencia de su paso por el Ministerio del Interior".

El ex policía, que calificó el mencionado documento de "demoledor", manifestó al magistrado del Tribunal Supremo que en las siguientes conversaciones que mantuvo con Garzón "en privado" se sintió "amenazado por el juez".

Según Domínguez, Garzón le dijo que si no tomaba otro tipo de actitud, tant él como su esposa (titular de una cuenta en Suiza) se verían en la cárcel. Según el abogado de José Barrionuevo, Pablo Jiménez de Parga, Garzón le presionó con "ir a por él y por su esposa" si no declaraba todo lo que sabía sobre los GAL.

CUPULA DE INTERIOR

Poco después, en diciembre de 1994, los testimonios de Amedo y Domínguez abrieron la puerta a una serie de comparecencias en el Juzgado Central número cinco de la Audiencia Nacional que llevarían a la cárcel a buena parte de la cúpula de Interio entre 1983 y 1987.

Por su parte, Jiménez de Parga dijo que de la declaración de Domínguez se deduce que Garzón había "retenido indebidamente durante meses esta causa, puesto que en el mes de diciembre de 1994, cuando aportan sus primeras declaraciones Amedo y Domínguez, el juez dijo que es necesario hacer una explosión controlada, porque en el momento en que se involucre al señor Barrionuevo la causa pasará al Tribunal Supremo, lo que ocurre siete meses después".

El abogado de la acción popular,José Luis Galán, señaló que el juez Garzón no tenía ningún conocimiento procesal de los hechos de los que Domínguez le habló en abril de 1993, ya que "en el momento en que intenta tomarle declaración él se niega".

Según Galán, exclusivamente se produce una conversación en la que Domínguez dice que está dispuesto a declarar "siempre que se dé salida jurídica" a su caso; "como al parecer no se le da esa salida jurídica y esas suficientes garantías, él se niega a declarar".

El letrado de la acción ppular dijo que Domínguez pedía la "revisión" del caso. Galán añadió que Domínguez reconoció hoy "que en aquel momento (abril del 93) no se habla de indulto", aunque posteriormente sí.

GARZON NO LE PROMETIO EL INDULTO A CAMBIO DE SU SILENCIO

Galán indicó que Garzón no le prometió el indulto a cambio de su silencio. "Es incierto un titular que ha salido hoy", señaló el abogado.

Manuel Cobo del Rosal, abogado de Rafael Vera e impulsor de la comparecencia de Domínguez ante Móner, calificó ésta de "ositiva, porque ha dado una serie de matices, dentro de la complejidad de la declaración, que en su momento procesal oportuno ya le sacaremos el partido conveniente".

Por otro lado, José María Stampa Braun, abogado de Julián Sancristóbal, señaló que de lo declarado por Domínguez se deduce que Baltasar Garzón "instruyó correctamente y no le indujo a decir nada que no fuese cierto ni a que omitiese algo que fuese cierto".

Manuel Murillo, defensor de Francisco Alvarez, afirmó que "si alguien ha pretndido en un momento ensuciar la labor del juez Garzón, puede decirse que ha fracasado totalmente el intento y lo único que ha quedado claro es que, desde un punto de vista procesal y de ética, ha sido una labor muy importante, pero desde todos los puntos de vista y desde el procesal, irreprochable".

Murillo afirmó que Domínguez había reconocido "que no tenía motivo ninguno" que sustentara la acusación de que tenía "sustanciosas" revelaciones que hacer de sus conversaciones con Garzón, "que era totalmete infundada" y negó haberlo hecho por motivos económicos.

(SERVIMEDIA)
05 Jun 1996
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