GAL. LOS DESAPARECIDOS LASA Y ZABLA FUERON TORTURADOS, TIROTEADOS Y ENTERRADOS EN CAL VIVA EN ALICANTE
- La Fiscalía de la Audiencia Nacional esclarece el caso de los primeros desaparecidos de la democracia
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Los primeros desaparecidos de la democracia española, los presuntos etarras José Antonio Lasa Arostegi y José Ignacio Zabala Artano, han sido encontrados 12 años después, muertos, torturados y enterrados en cal viva por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) en Alicante, según se desprendede investigaciones que realiza la Fiscalía de la Audiencia Nacional y los análisis forenses encargados por las familias de los jóvenes.
Lasa y Zabala tenían 21 y 20 años, respectivamente, cuando desaparecieron en la localidad francesa de Bayona, el 16 de octubre de 1983. Ese día fueron vistos saliendo del Centro Cultural de Bayona dispuestos a disfrutar de un vehículo R-5 que les había prestado un amigo.
Sólo se encontraron después, cuando apareció el coche, unos mechones de pelo y la cazadora deuno de ellos. Tres meses después, a las tres de la tarde del 20 de enero de 1984, una llamada de una persona que dijo pertenecer a los GAL a Radio Alicante aseguraba que acababan de ejecutar a Lasa y Zabala.
En esta comunicación, el anónimo portavoz de los GAL relataba que "antes de morir han pedido un sacerdote y no se lo hemos concedido porque no se lo merecían".
El 16 de octubre de 1983 José Barrionuevo era ministro del Interior; Rafael Vera, el director de la Seguridad del Estado, y Julián Sacristóbal, el gobernador civil de Vizcaya. Once días antes, ETA había secuestrado al capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios, que después asesinaría.
Todo indica que Lasa y Zabala fueron secuestrados y torturados durante largo tiempo con la intención de obtener información, tal vez para conseguir la liberación del capitán Martín Barrios.
UN CAZADOR ENCONTRO HUESOS
El 20 de enero de 1985, un vecino de Alicante que cazaba en el paraje denominado "Foya de Coves", en el término municipal de Bust (Alicante) encontró restos humanos y avisó a la Guardia Civil.
Cerca de allí había una pequeña fosa, en cuyo interior estaban el resto de los dos cuerpos, cal viva, gasas, tul, vendas y un casquillo de pistola marca GECO nueve milímetros Parabellum, que en aquella época utilizaban los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Un primer informe del forense Antonio Brun Brotons, elaborado en febrero de 1985, no dió mayores pistas y los cuerpos, todavía anónimos, quedaron depositados en una cámarafrigorífica del cementerio de Alicante.
Hasta que, a principios de 1995, al salir en los medios de información nuevas revelaciones del 'caso GAL', un inspector de policía y el doctor Brun volvieron a examinar los restos y todo comenzó a aclararse.
Un posterior estudio del doctor Francisco Etxeberría, encargado por los familiares de las víctimas, confirmaría que los restos, con señales de haber sido torturados arrancándoles las uñas y haberlos rematado de un tiro en la nuca, corresponden a José Anonio Lasa y José Ignacio Zabala.
(SERVIMEDIA)
21 Mar 1995
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