Espacio

La fusión de dos estrellas abre un nuevo escenario en las explosiones estelares

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC) han estudiado una explosión de rayos gamma que, con una duración de casi un minuto, sugiere revisar la teoría de los estallidos estelares.

Según informó este miércoles el centro de investigación, las explosiones de rayos gamma (GRB) son destellos asociados a explosiones extremadamente enérgicas y detectables incluso en galaxias a miles de millones de años luz de distancia.

Su duración, considerada corta o larga en función de si se prolongan más de dos segundos, se asocia a su origen: los estallidos largos se producen con la muerte de estrellas muy masivas y los cortos con la fusión de dos objetos compactos, como estrellas de neutrones, agujeros negros o ambos.

Un estudio, publicado en la revista ‘Nature’, del IAA-CSIC recoge la detección de un GRB de casi un minuto de duración producido por la colisión de objetos compactos, lo que replantea la clasificación de estos estallidos y abre nuevos escenarios en la muerte de las estrellas.

El investigador del IAA que participa en el estudio, José Feliciano Agüí Fernández, explicó que “al estudiar el estallido, denominado GRB211211A, observamos indicios claros que apuntaban a una kilonova, producida en la fusión de dos estrellas de neutrones, y no a una supernova, la explosión con la que terminan su vida las estrellas muy masivas”.

LUMINOSIDAD

De hecho, añadió, “la luminosidad, duración y color de la kilonova son similares a otro evento muy conocido que se produjo en 2017, una fusión de estrellas de neutrones que constituyó la primera observación de un evento cósmico en luz y en ondas gravitatorias”.

La firma característica de las kilonovas es su brillo en el infrarrojo cercano, muy superior a su brillo en luz visible. Esta diferencia se debe a que los elementos pesados expulsados por la kilonova bloquean la luz visible pero no la infrarroja, que presenta una longitud de onda mayor.

Sin embargo, señaló el investigadora de la Universidad de Nothwestern (EEUU) que encabeza el trabajo, Jillian Rastinejad, “observar en el infrarrojo cercano es un desafío técnico y pocos telescopios en tierra lo consiguen. Este hallazgo ha sido posible gracias a los telescopios gemelos Gemini, que nos mostraron que estábamos ante una fusión de estrellas de neutrones”.

Este descubrimiento proporciona una nueva forma de estudiar la formación de los elementos pesados en el universo.

(SERVIMEDIA)
07 Dic 2022
ABG/clc