Al acto asistieron el delegado para España y Portugal del grupo Saint Gobaint, al que pertenece Pont-á-Mousson, Thierry Marraud; el presidente de Pont-á-Mousson, Pierre Blayau, y el presidente en funciones de la Diputación Regional de Cantabria, Roberto Bedoya.

Pierre Blayau anunció que en los próximos meses Pont-á-Mousson realizará una inversión de más de 1.000 millones de pesetas en la factoría que la empresa tiene en la localidad cántabra de Renedo de Piélagos, en la que eiste un horno de biocolados.

Según los responsables de Funditubo, el objetivo de las nuevas instalaciones construídas en Santander es triplicar la capacidad de producción de la empresa, hasta situarla en unas 160.000 toneladas de tubos al año, lo que la convertiría en el mayor productor de tuberías de fundición dúctil de Europa.

Explicaron que el fuerte desarrollo del mercado de la canalización hidráulica y la creciente penetración de sus productos es lo que ha llevado a realizar esta inversión e aumentar la capacidad productiva de la factoría cántabra.

La nueva factoría posee las más avanzadas tecnologías, con gestión informatizada de los sistemas de carga y tratamiento de gases, lo que permitirá, de acuerdo con sus propietarios, triplicar la capacidad de producción, mantener la calidad en el más alto nivel y mejorar la productividad y seguridad de las instalaciones.

En los diez primeros meses del año, Funditubo, que está participada en un 80 por ciento por Pont-á-Mousson y en un 20 porciento por Cristalera Española, obtuvo unos beneficios después de impuestos de 707 millones de pesetas, con una facturación total de cerca de 14.000 millones de pesetas. El cash-flow de la empresa (beneficios más amortizaciones) alcanzó los 1.123 millones de pesetas.