Ante la posibilidad de que el Consejo de Ministros apruebe en su última reunión este reglamento, Amador recordó en los pasillos del Congreso que este texto tiene en contra a los grupos políticos, a los sindicatos, a las asociaciones de defensa de la sanidad pública y a los profesionales.

Además, criticó la "soberbia" demostrada por el Ejecutivo al "imponer" al final de su mandato una reforma del sistema que, según el propio Insalud, es la más importane jamás emprendida en el sistema público de salud.

Amador argumentó además que la agenda sanitaria de la próxima legislatura debe estar centrada en el traspaso de las competencias sanitarias a las diez comunidades del Insalud, que son precisamente las afectadas por esta reforma.

En su opinión, no es comprensible que se quiera reformar ahora la gestión de unos hospitales que tendrán que ser gestionados por cada uno de los gobiernos autonómicos, y que esa reforma se aborde desde el Gobierno central

La portavoz socialista argumentó también que el Ejecutivo carece del crédito necesario para reformar la gestión sanitaria porque no puede exhibir un sólo aspecto en el que ésta haya mejorado en los hospitales que funcionan ya como fundaciones sanitarias.