Javier, que es como se llama el niño nacido en Sevilla el pasado domingo libre de una enfermedad genética hereditaria gracias al diagnóstico preimplantacional, podrá ayudar a su hermano de seis años a superar una anemia congénita severa.

A juicio de Manuel Cruz, director de la citada fundación, "el nacimiento de una nueva vida siempre es una buena noticia", si bien el método por el que se ha concebido resulta "denigrante para la dignidad del ser humano, al haber sido seleccionado como ganado".

Además, Cruz lamentó "profundamente el destino de los embriones no utilizados, que serán congelados y destruidos o usados para experimentos".

"A pesar de que el objetivo de salvar una vida sea loable, no se puede permitir que el fin justifique cualquier medio, en este caso, el sacrificio de otras vidas, aunque sea en estado embrionario, tan hermanos del enfermo como el finalmente nacido", sostiene la Fundación Vida.

Según esta fundación, los avances científicos permiten otras alternativas que no atentan contra la dignidad ni suponen costes de vidas, como el uso de los cordones umbilicales congelados para obtener material celular.