Según informó la Fundación Edelvives, el curso ‘online’ tendrá una duración de 20 horas y permanecerá abierto hasta el próximo 1 de marzo. La matriculación e inscripción están disponibles para profesores, educadores, equipos directivos e instituciones educativas de España y América Latina, y consta de cuatro módulos interactivos, recursos de reflexión de entrega personal, material complementario y actividades tipo test.

Podrán participar en este curso educadores, docentes y personas interesadas en adquirir conceptos básicos sobre derechos de la infancia, abuso sexual infantil, situaciones de riesgo y espacios seguros.

Los materiales de que se compone el curso tienen como objetivo proporcionar “conocimientos básicos” en esta cuestión, “incidir en la importancia de la prevención y fomentar la reflexión y creación de espacios seguros en los entornos donde hay niños, niñas y adolescentes”. Todo ello, con la pretensión de “afinar la mirada de los educadores, para que se conviertan en agentes de protección de los menores de edad que tienen a su cargo”.

Durante la formación, se conocerá y trabajará con el material ‘Romper el silencio: diez rostros diez voces’, una obra de Inma Amadeo y Jordi Martínez, publicado por el sello editorial Laude. El texto presenta los rostros y voces de diez testigos que, desde diversos ámbitos y desde su experiencia íntima y personal, explican la labor que desarrollan por la prevención y protección del abuso sexual en las obras educativas maristas.

La Fundación Edelvives ofrece un programa de coeducación afectivo sexual, presencial u ‘online’ para profesionales que se dedicarán a la formación y el acompañamiento de niños y jóvenes en centros escolares o de educación no formal. Este programa pretende ser el “contrapunto a la información con contenido sexual violento y denigrante para la mujer que reciben los adolescentes a través de la pornografía infantil”.

La Fundación Edelvives ofrece también cursos para formar a los docentes que ejerzan como coordinadores de bienestar en los centros escolares, en cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (Lopivi), para “favorecer la creación de entornos escolares libres de violencia y garantizar el propio cuidado emocional de los docentes y equipos directivos”.