Los proyectos seleccionados abordarán problemas globales como el desarrollo sostenible de los océanos, utilizando las aves marinas como indicadoras; las amenazas que pesan sobre los mamíferos acuáticos, o el estado de las praderas submarinas en mares tropicales y templados.

Se estudiarán también el potencial biotecnológico de los microorganismos que participan en el ciclo del arsénico para luchar contra la contaminación por este elemento y los ecosistemas acuáticos remotos como sensores del cambio global.

En América Latina, destaca el estudio de la biodiversidad de las tierras altas de Guayana, una de las áreas de mayor biodiversidad y endemismo del planeta; la detección de cambios conductuales y niveles de estrés en primates mexicanos, o el estudio de las plantas del altiplano de México.