Estas enfermedades, también denominadas "oportunistas", de las que están definidas 29, son provocadas de forma indirecta por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y son la causa real de la muerte de muchos pacientes.

Mientras los tratamientos para el VIH son gratuitos, los enfermos deben abonar el 40 por ciento del precio de las medicinas que se recetan para estas enfermedades derivadas.

"La Seguridad Social parece no entender que la enfermedad del sida e crónica y que de nada vale que el afectado reciba los medicamentos antivirales si simultáneamente no se asegura que pueda recibir toda la medicación globalmente", asegura la FASE.

Esta situación desemboca habitualmente en el empeoramiento del enfermo y en el aumento de ingresos hospitalarios que podrían evitarse, lo cual significa menos expectativas de vida, menos calidad de vida y muchos más gastos sanitarios.

"Resulta absurdo que en la Conferencia Internacional sobre el Sida que se celebra en apón se esté debatiendo en torno a las dudas sobre posibles terapias cuando los gobiernos no utilizan de manera racional y adecuada las posibilidades que tenemos", señala el comunicado.

"Hay que tomar decisiones, derogar legislaciones represivas, como la que existe en el mismo Japón, e incorporar la educación para la salud en las escuelas", concluye la nota, "y para todo ello no se necesitan presupuestos, se necesita voluntad y responsabilidad".