Los dos dejaron claro que no se va a revisar esa decisión y mientras Arenas decía no saber "qué finalidad política" puede tener esa huelga, Rajoy señalaba que "no hay español que se pueda creer que el único problema de los funcionarios sea la congelación salarial", al tiempo que consideró "injusta" su decisión de ir al paro.

Detrás de las plabras de ambos subyace la idea expresada el pasado lunes por José María Aznar de que los sindicatos se están movilizando por razones extraaborales y que Felipe González, en particular, está azuzando el conflicto para desestabilizar al Gobierno.

Rajoy, el encargado de negociar con las centrales, mantiene que el Ejecutivo de Aznar ha sido "ejemplar en su talante de moderación y diálogo" y que después de la última oferta realizada a los sindicatos (congelación en el 97 y subida igual al IPC en 1998), se entiene todavía menos la reacción sindical.

Por otro lado, el ministro Arenas informó de la aprobación en Consejo de Ministros del pryecto de Ley de Revalorización de las Pensiones, del que ha destacado que servirá para aclarar las vías de financiación de la Seguridad Social.

Para despejar dudas sobre el destope de las categorías intermedias, el titular de Trabajo ha explicado que el Grupo Popular del Senado va a proponer durante el tramite de los Presupuestos 97 una enmienda que garantice la "máxima gradualidad" de ese destope.

Al inicio de su intervención en la rueda de prensa, Javier Arenas ha aprovechado para insistir a emresarios y sindicatos en la necesidad de que pacten con el Gobierno una nueva regulación del mercado de Trabajo, antes de que la Administración aplique medidas unilateralmente.

El ministro ha expresado la "preocupación" del Ejecutivo por la situacion del mercado laboral, con una precariedad en el empleo "inaguantable". Arenas se ha declarado convencido de que esa precariedad tiene que convertirse en estabilidad y "pasar de la incertidumbre a la seguridad".