Ricardo Levi fue destituido de su cargo en la Comisión el pasado mes de mayo y pasó inmediatamente a la presidencia e esta organización, sustituyendo al anterior presidente, el francés Jean-Claude Thibault, que se encontraba en aquellos momentos de vacaciones.

Loek Rijnoudt, presidente de la Federación de la Función Pública Europea (FFPE), sindicato que representa al 20 por ciento de los funcionarios europeos, ve claros indicios de nepotismo en el caso, por lo que ha interpuesto una queja interna que la Comisión deberá contestar en un plazo de cuatro meses. Rijnoudt afirma que el nombramiento no se ha producido en unción de los méritos del candidato, como obliga el reglamento comunitario.

Todo parece indicar que la Comisión desestimará la queja, por lo que el eurofuncionario ya ha anunciado su decisión de acudir al Tribunal de Primera Instancia de Luxemburgo si la respuesta del Ejecutivo europeo es negativa. Rijnoudt estima que si el nombramiento se hubiese producido siguiendo el proceso oficial de publicación de la vacante, él mismo habría podido optar al cargo.

Rijnoudt se muestra además especialmente inignado con el hecho de que se haya creado un cargo para acoger al antiguo presidente del Consejo Económico y Político, con el fin de perjudicar lo menos posible a las personas afectadas por la operación.

Por su parte, un portavoz de la Comisión afirmó que las rotaciones en los cargos son una práctica habitual en la institución europea y que el caso Levi forma parte de esta práctica, para la cual no es necesario seguir el sistema de publicación de puesto vacante.

La denuncia del presidente del sinicato ha vuelto a levantar los rumores de corrupción en el Ejecutivo europeo que planean desde que la Comisión Santer fuera acusada de nepotismo y obligada a dimitir al completo.