La Fravm apuntó, en un comunicado, que "la burbuja de la eventificación en Madrid ya ha estallado" y que la regulación "no puede demorarse más", añadieron que la "eventificación, la gentrificación y la turistificación llevan al fin de las ciudades", haciendo "insostenible el desarrollo equilibrado de una capital como Madrid".

Por ello, publicaron un decálogo en el que proponen la creación de un Plan de Uso de la Ciudad" para la planificación de los eventos; una regulación de los eventos masivos; informes de impacto medioambiental o de sostenibilidad, así como el cumplimiento de los horarios, mediciones constantes y una "calendarización justa".

A estas medidas se suma una "moratoria ante los permisos de eventos masivos", más coordinación en los "recursos de seguridad" y la "reducción del impacto de las terrazas, ruidos, movilidad, suciedad" o "aparcamiento" en los entornos donde se celebren los festivales.

La vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, aseguró este jueves que tras leer el decálogo, "la mayor parte de las cosas que allí se dicen o allí se refieren, ya se están haciendo por parte del Ayuntamiento de Madrid".

En esa línea, explicó que en este momento "Madrid está de moda en el mundo" y "todos los grandes eventos internacionales quieren venir". Añadió que en el Ayuntamiento están "abiertos a dialogar con quien corresponda", pero que se están "tomando todas y cada una de las medidas" para que los eventos se puedan "desarrollar con la máxima normalidad".

No obstante, criticó que no le "sorprende" que en "determinados ámbitos de asociaciones" no les parezca bien porque "no les parece bien nada nunca". Finalmente, dijo que es "positivo" que Madrid esté "en una escena internacional como una de las grandes capitales del mundo" y que es algo que se debe "conciliar" con "el día a día de la ciudad".