Castro calificó de parodia la actuación del consorcio, cuyos miembros, en la última reunión celebrada el pasado martes, no consiguieron ponerse de acuerdo sobre la portación que les correspondía con el fin de reunir los 3.000 millones de pesetas necesarios para poner en marcha sus actividades.

"Nos salimos del consorcio", añadió Castro, "porque no podemos estar en una institución que durante los últimos tiempos sólo se dedica a dar largas, negándose a poner los medios económicos y políticos necesarios para resolver el problema del chabolismo".

El máximo responsable de la FRAVM recordó que en sus seis años de vida el consorcio únicamente ha podido realojar aun millar escaso de vecinos, frente a las 2.508 personas censadas en 1986, cantidad a la que hay que sumar un 3 por ciento de crecimiento vegetativo.

Tras señalar que con el paso del tiempo la situación irá empeorando, sobre todo por la llegada masiva de inmigrantes nacionales y extranjeros, Castro indicó que la FRAVM ha tenido que actuar en muchos casos de colchón para amortiguar los conflictos sociales suscitados por los realojos.

"Vamos a seguir reivindicando los medios necesarios para que el rograma de realojos siga adelante, pero ya nos hemos cansado de los incumplimientos del Ayuntamiento y la Comunidad, y de recibir tortazos de todo el mundo", añadió el dirigente vecinal.

En su opinión, con voluntad política y social, y con unos 4.000 o 5.000 millones de pesetas, se podría facilitar una vivienda digna a las más de 1.600 personas que habitan actualmente en infraviviendas.

El presidente de la FRAVM culpó de la actual situación al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid, aunque matiz que quizá sea el alcalde el que menos cree en el proyecto y quien menos hace para que salga adelante.

"No entiendo cómo Leguina, persona con sensibilidad social, sale haciendo la parodia junto a los otros dos (Segismundo Crespo y Alvarez del Manzano), que carecen de ella y, a su edad, no la tendrán", afirmó Castro.