En la rueda de prensa que siguió a la reunión semanal de su Gabinete, Fraga indicó que la existencia de una población muy diseminada, con más de 32.000 núcleos de población, hace que el problema de recogida y tratamiento de bauras sea más difícil que en otras autonomías.

El presidente de la Xunta dijo que hacen falta medidas eficaces contra la proliferación de vertederos incontrolados y afirmó que su Gobierno mantiene la idea de incinerar los residuos, después de ser compactados en plantas de transferencia provinciales, en la central térmica situada en Cerceda, La Coruña, porque existen ya instalaciones y es un sitio geográficamente adecuado.

Sobre la oposición mostrada por concejales del PP en este ayuntamiento al pryecto de la Xunta, Manuel Fraga dijo que deberán atenerse a las consecuencias.

El jefe el Ejecutivo gallego criticó las declaraciones de estos concejales y afirmó que eso es anteponer los intereses de Cerceda a los de Galicia. "Ningún gallego puede poner nada por delante de Galicia", aseguró.

Fraga apuntó que es necesario aceptar las ubicaciones que correspondan en el reto de modernizar Galicia, y recordó que ahora ya está superada la oposición a la planta de residuos industriales instalada en Soozas (La Coruña), que calificó como modélica.