"Espero y pido a Dios no dejar en herencia una derrota electoral", explica Fraga, al tiempo que reconoce que la crisis producida por el accidente del Prestige "es lo peor" que le ha pasado en su vida política.

En una entrevista que hoy publica el suplemeto "Domingo" de El País, Fraga reconoce que el pueblo gallego le ha dado la espalda por su gestión en el accidente del petrolero y se lamenta de que "Galicia pierda la confianza que la gente nos había otorgado". "¡Los gallegos nos van a ajustar las cuentas a todos! Pero nosotros saldremos sin duda adelante. Ahora todo está empujado por el ímpetu de las olas, pero ya se calmará, ya se calmará", dijo el presidente de la Xunta en relación con los comicios de mayo.

Asimismo, aseguró que durante la crisis del Prestige no ha habido "una oposición real, y que no han entendido que, en casos como éste, todo el mundo debe ayudar y luego se hacen las cuentas".

"A pesar de que mi disgusto y sufrimiento han sidograndes, en ningún momento me ha faltado ni la voluntad ni la capacidad de actuar. No he sufrido ningún derrumbe psicológico, pero sí un gran pesar y una fuerte sensación: el convencimiento de que algunos tendrán que pagar ante la sociedad, que sin duda va a comprender lo que ha pasado", explcicó Fraga.

Por otra parte, preguntado por si su asistencia a una cacería a los pocos días del hundimiento del Prestige supuso un error político, Fraga reconoció que "puede que fuese una equivocación, pero no huboen ningún momento un abandono de Galicia".

En este sentido, dijo que "yo voy poco de caza porque no tengo ni tiempo ni dinero, repito: ni tiempo ni dinero. Y era mi última cacería con una persona que, generosamente me invitó, a una buena finca ¡con siete puestos! Yo no quise dejar sin esos puestos a amigos míos de toda la vida y por eso fui, los saludé y me vine".