Esos datos sitúan el valor actual de los servicios españoles de transporte marítimo en 90.430 millones de pesetas, frente a los 154.314 millones de pesetas que tenía la flota hace una década.

Las embarcaciones de carga seca a granel sufrieron el mayor descenso, al pasar de 72.926 millones de pesetas en 1981 a 27.062 millones en 1.991.

Por su parte, el valor de los transportes regulares de puerto a puert español, conocido como cabotaje, aumentó en 7.907 millones de pesetas y se situó en 22.762 millones.

Sin embargo, los responsables de Anave aseguran que la tónica general de la última década fué "la pérdida de negocio y competitividad respecto al exterior, lo que ha motivado una crisis generalizada que estamos obligados a superar, si no queremos acabar con la marina mercante española".

En estos diez años, el número de buques ha pasado de 699 a 416, lo que representa una caída del 40 por cien. Laflota más perjudicada fue la de las líneas regulares de transporte internacional, que se redujo un 81 por ciento.

También la flota de petroleros disminuyó su número de embarcaciones un 68 por cien, mientras que los buques decarga seca lo hicieron un 67 por ciento. Por el contrario, las unidades dedicadas a líneas de cabotaje aumentaron un 61 por ciento, aunque de los 43 barcos adicionales, 17 son rápidos.

PERDIDA DE CAPACIDAD

Pero el factor que más preocupa a los empresarios navieros españoles s la pérdida de capacidad de la flota que, en el periodo 1981-1991, se ha reducido un 58 por ciento, situándose ahora en 2.988.000 toneladas de registro bruto (TRB).

A su juicio, esta situación "es la consecuencia de haber mantenido durante estos años unos costes fiscales y laborales más elevados que los de los demás pabellones con los que tenía que competir la flota española".

Asímismo, cifran en 11.135 la pérdida de puestos de trabajo en el sector durante los últimos diez años, al haber pasado e 24.959 trabajadores en 1981 a 13.824 en 1991. A estos habría que añadir las cerca de 6.000 personas que hay empleadas en tierra.