Para apoyar su versión de lo ocurrido, Martínez Zato afirma en un artículo que hoy firma en el diario "El País" que hay tres rasgos inherentes a su personalidad: la sinceridad, el buen oído y una memoria de elefante.

Respecto a las críticas que ha recibido por parte de algunos miembros del PP, debido a que ocupó un cargo público con el PSOE, el fisal dice que si de algo está contaminado es de "democracia" y advierte que quienes le acusan de estar contaminado políticamente "están incapacitando de por vida a la titular de Justicia y a los magistrados y fiscales que con ella colaboran desde importantes puestos".

"Deseo la pacificación, pero si vienen a por mí, como muchos me dicen llanamente, diré que estoy preparado. No tengo miedo, no estoy deprimido y seguiré, donde quiera que me encuentre, luchando por mis principios, mis ideales y mis conviccones como ciudadano y defendiendo, en todo momento, la legalidad e imparcialidad como fiscal, pues todavía me quedan ocho años aunque algunos tiemblen sólo de pensarlo", continúa.

Martínez Zato, que se muestra convencido de que, "al final, imperará la paz, la sensatez y la cordura", anima a los portavoces de las dos asociaciones de fiscales, Miguel Colmenero y Carlos Castresana, a seguir defendiendo siempre la libertad de expresión.