La revista, que reúne a las principales asociaciones de consumidores, afirma que los resultados de los productos anticelulíticos han resultado ser los más engañosos. Según los expertos consultados es "imposible que una crema elimine la celulitis, en todo caso lo que hace es ar un mejor aspecto a la piel".

Igualmente, no se ajusta a la realidad la publicidad de las cremas antiarrugas y la de las demás cremas faciales, "ya que la que no miente descaradamente, no dice la toda la verdad".

En el estudio se citan casos concretos como el de Helena Rubinstein con 'Skin Life TPA', que anuncia la reducción de la profundidad de las arrugas en un 40% a las tres semanas del tratamiento. También, 'Synergie Lift antiarrugas' de Garnier, que promete un antiarrugas que alisa la pielal instante y reduce las arrugas en sólo dos semanas.

La opinión de los expertos es que las arrugas sólo se borrarían con una operación de cirugía estética y nunca con una crema, ya que ningún preparado pude penetrar más allá de la epidermis, es decir, la capa más superficial de la piel. Por tanto, su función no puede ser más que la de hidratar.

Respecto a la última moda de los ácidos frutales, éstos pueden tener efectos secundarios como el de sensibilizar mucho la piel ante el sol, por lo que esnecesario que se apliquen junto con un filtro de protección.

En referencia a los nombres de los principios activos utilizados en los anuncios, al articulo señala que son rimbombantes y poco claros. Se usan términos como liposomas, extractos activos de plantas, biosferas y nanosferas, que en realidad no son correctamente explicados en los productos.

Otro tipo de preparados con funciones teóricamente cosméticas son los de tipo oral, que están penetrando actualmente en el mercado. Para `Ciudadano', un producto que se ingiere no puede ser un cosmético". La revista denuncia el caso de las pastillas 'Imedeen', que no están registradas, lo que significa que se está vendiendo sin autorización.