El contrato fue rubricado por el ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, en representación del Gobierno; Eric Pfaff, en nombre de Favorita rustees Limited, la entidad vendedora, y Santiago de Torres y Rodrigo Uría, por parte de la Fundación Thyssen, que será en adelante la propietaria de la colección.

La cantidad que pagará el Estado, la misma que inicialmente se fijó en un preacuerdo de 30 de junio del año pasado, se abonará en cinco plazos. El primero se liquidará en los próximos días y los cuatro vencimientos siguientes se financiarán con transferencias del Ministerio de Cultura a la Fundación con cargo a los Presupuestos Generales de Estado para 1994, 1995, 1996 y 1997.

Hasta tal punto se han apurado las negociaciones que el acto de la firma, inicialmente previsto para las cuatro y media de la tarde, tuvo un retraso de tres cuartos de hora, y el propio barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza señaló que el motivo era que Solé Tura había estado ajustando detalles hasta diez segundos antes.

El barón Thyssen manifestó su voluntad de que la colección esté al alcance de todo el mundo, no sólo de los madrileños, y destacó que el empazamiento en el Palacio de Villahermosa, en el triángulo que completan el Museo del Prado y el Centro Reina Sofía, había sido determinante para que todos los herederos diesen su consentimiento para la venta al Estado español.

En los próximos días se terminarán de zanjar algunas cuestiones aún pendientes, como la ratificación de la compra por parte de las Cortes o la fijación de los intereses que se aplicarán a los plazos que se pagarán hasta el año 1997.

Durante el acto estuvieron presentes, adems de los firmantes, los barones Thyssen, los catorce abogados de cuatro nacionalidades que han intervenido en la negociación y algunos de los miembros del Patronato de la Fundación Thyssen, que a partir de ahora modificará su composición.