Son varias las voces dentro del PSOE que aseguran que Sánchez se juega tanto o más que los líderes autonómicos en la convocatoria de mayo. Fuentes consultadas por Servimedia sostienen que el presidente ha tensado tanto la relación con los territorios al adoptar algunas decisiones políticas que tiene “difícil encaje” en determinadas zonas que llevan a poner en duda, incluso, que Sánchez pueda afrontar la reelección como presidente si el PSOE encaja un mal resultado en mayo.

Hay sectores socialistas que piensan que si pierden algún ejecutivo autonómico podría ser computable a Sánchez y que, si el “descalabro” es importante, debería cuestionarse incluso el hecho de que el secretario general del partido sea el candidato para las elecciones generales.

Por ahora, en Ferraz minimizan ese ruido y, según trasladan a Servimedia, son simplemente de algunos perfiles que quieren mantener su posición en el territorio y marcan distancias con algunas políticas del Ejecutivo central porque consideran que pueden repercutir negativamente en su electorado.

Han sido públicas las posiciones contrarias de presidentes autonómicos socialistas como el manchego Emiliano García Page o el aragonés Javier Lambán contra la reforma del Código Penal -delitos de sedición y malversación- impulsada por el PSOE.

Pero, además de estas quejas públicas, también hay cierto malestar interno sobre otros temas del Ejecutivo y posiciones que han dañado la credibilidad de Sánchez, incluso con compromisos que dicen que no ha cumplido con algunos presidentes, hasta el punto de que opinan que Sánchez “en lugar de sumar”, como pasó en las elecciones de 2019, lo que hace es “restar” y lo quieren “ver poco” en algunos sitios durante el periodo electoral.

Desde Ferraz afirman que “para nada” resta el presidente y recuerdan los paseos y contactos que ha tenido con la calle en estos últimos meses en los que se ha visto reforzado, dicen, con la recuperación en las encuestas tras el bajón antes de verano relacionado con la llegada de Alberto Núñez Feijóo al Partido Popular.

En el Gobierno se muestran convencidos de que las medidas puestas en marcha para paliar las consecuencias económicas y sociales derivadas de la guerra en Ucrania tendrán su efecto electoral y repercutirán positivamente porque el ciudadano tendrá instrumentos a su alcance para sortear la alta inflación.