La ONG alertó que estos países no sólo sufren las consecuencias de la pandemia por la covid-19, sino que también se enfrentan a una crisis económica global aumentada por el conflicto en Ucrania, así como los nuevos episodios de sequía que afectan al continente africano y el conflicto que soporta la población de Yemen desde hace siete años.

Por ello, el Fondo de Emergencia de Farmamundi, además de actuar en Ucrania, tiene activas intervenciones para el refuerzo de los ya debilitados sistemas de salud de estos cuatro países, dotándoles de medicamentos a centros de salud, formación de personal sanitario y suministros de kits de prevención de la covid-19 y de otras enfermedades infecciosas.

La responsable de Acción Humanitaria de la ONG, Tania Montesinos, criticó las condiciones de confinamiento en los albergues, el desplazamiento de la población y los daños en las infraestructuras que está sufriendo Ucrania que dificultan el mantenimiento de la higiene, lo que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y diarreicas, que podrían perjudicar gravemente a la salud de la población.

La entidad trabaja en zonas de Gulina, Awra, Ewa, Yaloo y Chifra, en la región de Afar, afectadas por el conflicto que sufre Etiopía desde 2020, proporcionando apoyo psicosocial y de salud mental con un enfoque centrado en la Terapia del Trauma, tanto a la población desplazada interna como a la población retornada que ha sobrevivido a la violencia sexual y de género, y a otras experiencias traumáticas ocasionadas por el conflicto.

Asimismo, promueve la promoción del derecho a una vida saludable y libre de toda violencia en un contexto de emergencia de salud pública a través de la prevención y mitigación de la violencia sexual y de género en República Democrática del Congo.

Farmamundi persigue construir resiliencia entre la población refugiada congolesa de Kyaka II, en Uganda, bajo un enfoque integral de la salud y gracia al apoyo de las socias locales. El país alberga actualmente al mayor número de población refugiada en su historia con casi 1,5 millones de refugiados.

Por último, continúa con el trabajo iniciado en 2020 en Yemen, país donde tres tercios de su población necesitan asistencia humanitaria, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitario (OCHA). La intervención de la entidad busca mejorar la asistencia sanitaria a los pacientes de dos centros de salud del distrito de Alkahera, en la Gobernación de Taiz, mediante el suministro de medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas.