El asentamiento, conocido con el nombre de Fillot, fue creado en 1976, cuando el IVIMA reaojó a la gran mayoría de los adjudicatarios de vivienda que por entonces estaban asentados en ese lugar, dejando a unas pocas familias alojados en prefabricados para su inminente realojo.

Muchos de los antiguos adjudicatarios murieron en el transcurso de los años o han salido del barrio en busca de una vivienda mejor y hartos de esperar una solución de la Administración. Mientras tanto, algunos de los "yanquis", denominación que recibe esa clase de viviendas en el barrio, fueron ocupados por familias e emigrantes que iban llegando a la zona.

En la actualidad, los inquilinos de las casas esperan que una institución se haga cargo de ellos y les de una vivienda o en su defecto les deje construir una chabola en otro punto de Madrid.

La falta de información y el analfabetismo de los afectados han provocado que no estuvieran inscritos en el IVIMA como solicitantes de vivienda, hasta que en el mes de noviembre pasado un grupo de educadores voluntarios del barrio rellenó las solicitudes que fueron enregadas en dicho instituto.

Los usuarios de estos prefabricdos no se explican la tardanza del IVIMA en dar los baremos para saber si son adjudicatarios o no de vivienda y así tener derecho a una.

La mayoría de las familias cuenta con una media de tres hijos menores con problemas pulmonares debido a la insalubridad de las viviendas, que continuamente están rodeadas de ratas y basuras.

Para el próximo día 22 de enero, hay prevista una reunión de la comisión de afectados con la jefa del Servici de Vivienda Pública del IVIMA, María Guijarro, para exponerle la situación y exigirle una contestación a sus solicitudes.

En caso contrario, los afectados tienen preparadas una serie de movilizaciones que cuentan con el apoyo de la mayoría de los vecinos del barrio de San Fermin, que ve injusta la situación de esas familias que están totalmente integradas en la barriada.