Añadió que también existe la posibilidad de que José María Aldaya no esté enterado de su nueva condición de abuelo y expresó su deseo y el de la familia de que el empresario gupuzcoano, que lleva ya 284 días en manos de ETA, sea pronto puesto en libertad "para celebrar el nacimiento de su nieta".

El alumbramiento tuvo lugar en la noche de ayer, poco antes de las 21 horas, en la sección materno-infantil del Hospital Nuestra Señora de Aránzazu. El peso de la niña al nacer, que fue de 4,9 kilogramos, obligó a los médicos a practicar a la madre, Juncal Ugarte, esposa del primogénito de los Aldaya, Txetxo, una cesárea para evitar posibles riesgos. Altuna aseguró que madre e hija"están muy bien", aunque no pudo recordar el nombre que llevará la pequeña.

Por otro lado, unas 2.500 personas abarrotaron en la tarde de ayer la Plaza del Buen Pastor de San Sebastián para reclamar en silencio la liberación del empresario. Fue una de las concentraciones más numerosas de las convocadas hasta ahora por los trabajadores de Alditrans.