Cayetano Lopez insistió en que buena parte de esta situación la propicia la Administración regional porque no tiene transferidas las competencias sobre la Universidad, y no se siente obligada a preocuparse por esta institución.

Asimismo, el rector de la Universidad Autónoma criticó la descoordinación ue existe entre las universidades madrileñas y reclamó la creación de Consejos interuniversitarios para facilitar la relación entre ellas y conseguir con ello una mayor presencia en su entorno.

Para el rector, en la actualidad tiene menor importancia la presencia en el debate social de la universidad y su influencia política, "ahora importa su excelencia académica, más prescindible a corto plazo y más importante a largo plazo".

Por su parte, el presidente de AMPER, en representación de sector empesarial, habló de la desconexión de la Universidad con la sociedad, en el sentido de que esta institución "no forma adecuadamente y que propicia un inmovilismo en cuanto a la modernización de los planes de estudio".

FORMACION DEL INGENIERO

Antonio López dijo: "La Universidad forma técnicamente, pero los estudiantes no aprenden a vender lo que hacen, que es lo que requieren las empresas".

"En Madrid, somos más investigadores que vendedores de cosas, y por eso la Universidad no está próxima a la emanda social. Hay que estudiar más marketing y lenguas extranjeras, porque nuestros estudiantes sólo tienen el conocimiento del ingeniero", matizó el representante empresarial.

El presidente de Amper responsabilizó de ello al Ministerio de Educación y a la Ley de Autonomía Universitaria, "que parece no permitir la toma de decisiones autónomas".

Sin embargo, Cayetano López acusó a las empresas privadas de tener una "escasa percepción de lo que es la Universidad", y pidió mayor inversión, por su prte y por la de la administración, para que inviertan más en las universidades madrileñas, donde la demanda es muy superior a la de otras provincias.

Según el rector, el 4,5 por ciento de la población madrileña estudia en la Universidad, a lo que se suman los más de 60.000 estudiantes inmigrados de otras provincias que también ocupan las aulas de las universidades de Madrid.

Sin embargo, este elevado número de alumnos no se corresponde con las inversiones ni con los medios para propiciar la invesigación, por lo que las condiciones de acogida de estudiantes en Madrid "se va deteriorando paulatinamente", según Cayetano López.