Según calculan los expertos municipales, además de las cenizas, los residuos y desperdicios urbanos de todo tipo de la semana fallera "superarán también otro millón de kilos".

La recogida de estos dos millones y medio largos de basura habrá costado al municipio, al final de la fiesta, 250 millones de pesetas. "Este es el lado negro d las fiestas, el de la limpieza, pero es tan importante como otro que sea más vistoso a ojos de los ciudadanos", declaró un responsable de área de limpieza urbana.

Para evitar que se acumulen basuras durante las fiestas falleras, a las que han asistido este año más de doscientos mil visitantes foráneos, el Ayuntamiento de la ciudad ha previsto servicios permanentes de barrido manual y mecánico.

Un servicio complementario de reparto de arena, para limitar la extensión de las llamas en la combustió, se ha establecido este año coordinado por el Servicio de Extinción de Incendios.

Serán más de 250 bomberos los que participarán en el dispositivo especial de Fallas durante la noche de la "Cremá", además del otro centenar que cubre habitualmente el servicio en días normales.

No llega a un tercio de las fallas, 95 en total, las que necesitarán, por disposición del Ayuntamiento, una vigilancia permanente mientras duren las hogueras de los "ninots", envueltos en llamas.

Las dotaciones de bombros contarán con 34 camiones con bomba de agua, otros 14 de propulsión de espuma anti-llamas y 18 vehículos-gruas.