Torres explicó a Radio Nacional que el cuadro clínico de los jóvenes muertos se corresponde con una intoxicación por psicoestimulantes, probablemente anfetaminas.

Asimismo, señaló que el consuo de estas sustancias produce al principio una sensación de euforia y una desinhibición importante, pero posteriormente puede llevar a la agresividad y la irritabilidad.

Tras subrayar que lo ocurrido a estos chicos va a provocar una merma en el mercado de dichas pastillas, este experto dijo que es imposible vigilar la fabricación y distribución de éxtasis porque se trata de una labor totalmente clandestina e ilegal y las materias empleadas se pueden obtener en cualquier laboratorio medianamente prepardo.

"Lo único que nos queda es la advertencia a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, de que lo que ellos llaman pastillas genéricamente son sustancias de muy alto riesto y que solamente les prestamos atención cuando hay situaciones desgraciadas como esta de Málaga", recalcó.