Trasseñalar que la honradez es virtud que procura "practicar y no proclamar", Olivencia asegura que no cree que la suya necesite de "espontáneos abogados".

"No, no creo que mi honradez necesite defensores; más bien, me conformo con que no tenga atacantes. De verdad, deseo evitar la 'excusatio non petita' de mis espontáneos abogados, acuando no hay acusaciones de las que defenderme", señala Olivencia.

"Aún no conozco el informe del Tribunal de cuentas, ni las cuentas objeto de fiscalización, formulada por la Sociedad Estatal mucho después de mi cese en la comisaría general [...], pero me aseguran que nada hay que cuestione mi labor anterior, ni mucho menos mi honradez", agrega Olivencia, para quien "la simple duda en estas materias es ya ofensa".

Parafraseando la novela "Cien años de Soledad", de Gabriel García Márquez, Olivencia explica que fue expulsado de la Expo-Macondo por aquellos "gitanos nuevos que transformaron la aldea en una feria multitudinaria".

Añade que, a diferencia del protagnista de esa novela, Melquiades, que volvió a Macondo, "yo, en cambio, siempre bien acompañado de los míos, no deseo regresar a 'Macondo' ni que me asistan nuevas compañías".

"Prefiero mi soledad acompañada. Es reflexión sobre 'Macondo', desde Sevilla y para Cádiz. Todo mágico", concluye el artículo.