El nuevo texto debería contemplar también, a juicio de los populares, el establecimiento de mecanismos de control y seguimiento del propio convenio, la importancia de la cooperación internacional, y el consenso entre los distintos países.

Este es uno de los puntos incluidos en una proposición no de ley presentada por el Grupo Popular en el Registro del Congreso y que fue entregada la emana pasada al resto de fuerzas parlamentarias, según explicó a Servimedia el portavoz popular en la Comisión de Cooperación y Ayuda al Desarrollo, Pablo Izquierdo.

La respuesta de todos ellos ha sido "positiva", porque se trata de un compromiso adquirido por todo el arco parlamentario tras la celebración de un pleno infantil hace dos semanas, previo a la llegada a Madrid de la Marcha Internacional contra la explotación de los niños.

Por este motivo, Izquierdo expresó su "sorpresa" ante los anunios de iniciativas similares por parte de de varios diputados de Izquierda Unida, ya que todos acordaron presentar una conjunta a partir de las demandas de los organizadores de la Marcha.

En esta proposición no de ley piden al Gobierno que promueva campañas de sensibilización en los países más desfavorecidos y que denuncie, ante los foros internacionales en los que participe, las violaciones de los acuerdos sobre esta materia.

También proponen que se dé carácter prioritario a los programas de cooeración encaminados a conseguir la educación primaria universal antes del año 2015, y a rehabilitar e integrar a los niños y niñas liberados de la explotación.

Piden, asimismo, al Ejecutivo que continúe la participación activa en el Programa para la Erradicación del Trabajo Infantil, con el que España colabora desde el año 1995.

Según datos de la OIT, unos 250 millones de niños y niñas menores de 15 años están explotados laboralmente y, de ellos, 120 millones se encuentran en situación "extrema".El 95% vive en países pobres o en vías de desarrollo.

Izquierdo recordó, además, que la mayoría de estos críos se incorpora al trabajo antes de los 6 años, soportan grandes esfuerzos físicos sin apenas remuneración, sus jornadas laborales superan en muchos casos las 12 horas diarias y su exclusión de la educación les dificulta más aún la salida de esta situación.