Durante el seminario "La televisión pública en el nuevo entorno digital", organizado por Telemadrid, el punto coincidente de los intervinientes de hoy fue que la implantación de la TDT en España no marcha al ritmo debido.

Para Eduardo García Matilla, presidente de Corporación Multimedia, las cadenas generalistas han demostrado ya que "no les interesa dar cancha a los nuevos canales", y por eso dan cabida en sus parrillas en TDT a contenidos de "segundo nivel".

"Van a tratar de que se retrase el apagón analógico (previsto para 2010), porque no quieren hacerse competencia a sí mismos", señaló.

Ante ese panorama, García Matilla cree que la televisión pública debe tirar del carro y ofrecer una programación atractiva para el espectador.

CARNÉ POR PUNTOS

Según Enrique Gutiérrez Bueno, decano del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, los principales operadores de televisión de este país no impulsan la TDT "porque están muy cómodos con la situación actual", y sabedores de que el grueso de los ingresos publicitarios están en el ámbito analógico, quieren que siga así.

Gutiérrez cree que si la Administración central se plantea otorgar subvenciones para el desarrollo de la TDT, debería hacerlo para los proveedores de contenidos, y asegura que es una opinión compartida en el Consejo Asesor de las Telecomunicaciones, del que es miembro.

Álvaro Renedo, presidente del Consejo de Administración de Telemadrid, afirmó que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "no está haciendo todo lo debido para facilitar la implantación de la TDT".

En su opinión, se han adoptado medidas "profundamente contradictorias", como la aprobación de medidas de desarrollo en el mismo paquete que se daba el visto bueno al nacimiento de dos nuevos canales analógicos en abierto (Cuatro y La Sexta), o el lanzamiento de un plan de cobertura de la TDT sin que haya un parque adecuado de sintonizadores o televisores integrados.

Durante su intervención, Renedo se refirió a los consejos audiovisuales y dijo que el Gobierno parece que ha querido crear con ellos un "carné por puntos" que se concede a las cadenas para controlar sus contenidos a través de "comités politizados que no deberían existir, o si existen, limitarse a seminarios como éste".