En declaraciones a Servimedia, el citado piloto de salvamento militar, que voló durante 15 años en Cougar, explicó que este tipo de aparatos son de última generación, están fabricados para transportar personas y no mercancías y, por esa razón, disponen de más medidas de seguridad que otros.

A su juicio, este tipo de helicópteros son muy idóneos para misiones como las que se llevan a cabo en Afganistan, a pesar de que en este caso, avatares de todo tipo, concluyeran en un desgraciado accidente.

Sánchez Majano mantiene que las explicaciones del ministro de Defensa, José Bono, sobre las causas del siniestro son muy verídicas porque, según explicó, los vuelos a baja cota, a cinco o seis metros del suelo, y a toda velocidad son "muy delicados y conllevan mucho riesgo".

El experto piloto mantiene que cualquier racha de aire fuerte o semifuerte en estos casos y cualquier avatar externo que modifique las circunstancias normales requiere mucha atención y puede ser definitivo para provocar un siniestro.

No obstante, admitió que los pilotos de helicópteros del Ejército tienen mucha pericia para estos vuelos a baja cota porque a ellos dedican muchas horas de entrenamientos, aunque, precisó, que siempre conlleva menos riesgo cuando la climatología es de "sol y moscas".

Isidoro Sánchez relató que, no obstante, las condiciones de riesgo en las que se producen estos vuelos son las que estratégicamente se requieren, ya que de lo contrario sería muy fácil localizar los aparatos por el radar y serían blanco seguro en caso de ataque.