Energía
La expansión mundial del gas suma 430.000 millones de euros en riesgo de activos varados
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La actual expansión masiva de la red mundial de gasoductos amenaza los objetivos climáticos de limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a la era preindustrial y representa un riesgo de 485.800 millones de dólares (casi 430.000 millones de euros) en activos varados, según un nuevo informe de Global Energy Monitor.
El informe, dado a conocer este martes, señala que exportadores y gobiernos favorables al gas en Australia, Brasil, China, Estados Unidos e India están impulsando una expansión masiva de decenas de miles de kilómetros de gasoductos en 2022 tras una caída el año pasado debido a la pandemia de la covid-19.
Esta expansión se produce pese a que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) apuntó el año pasado que alcanzar el cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero en 2050 implica poner fin a las inversiones en petróleo y gas, que el uso del gas debe alcanzar su punto máximo en los próximos años y que el mundo debe transitar rápidamente de los combustibles fósiles a las energías renovables.
Esto no deja espacio para nuevos proyectos de gas y requiere una reducción de la infraestructura actual en los próximos años. Según el informe, para satisfacer la creciente demanda de energía los gobiernos tienen que aumentar rápidamente el desarrollo de las energías renovables y la transición de los sectores energéticos de la OCDE y de fuera de la OCDE, muchos de los cuales dependen en gran medida del gas para funcionar.
Los actuales planes mundiales de gas contrastan con estas recomendaciones, lo que significa que los gobiernos y la industria están en camino de superar el objetivo de 1,5°C mucho antes de 2050 o de perder miles de millones de euros en activos varados.
Por otro lado, el informe señala que actualmente hay 70.900 kilómetros de tuberías en construcción, con 122.500 kilómetros adicionales en fase de preconstrucción. Juntos costarían unos 485.800 millones de dólares (casi 430.000 millones de euros).
En 2021, las puestas en marcha de oleoductos en el mundo cayeron a 6.500 kilómetros, su nivel más bajo desde 1996, pero gran parte de ese descenso se debió al caos económico y logístico causado por la pandemia de la covid-19. Con 36.800 kilómetros en construcción previstos para ser puestos en servicio en 2022 y otros 59.500 kilómetros programados para funcionar entre 2023 y 2030, la red mundial de gas está preparada para una gran y rápida expansión.
China lidera el desarrollo mundial de gasoductos con proyectos actuales en fase de construcción (26.300 kilómetros) y preconstrucción (29.800 kilómetros), que suman 89.100 millones de dólares (78.500 millones de euros) en riesgo de activos varados. El auge de los oleoductos chinos se produce bajo la dirección del recién creado conglomerado PipeChina, el segundo mayor desarrollador de gasoductos tras Gazprom (Rusia).
India es el segundo país más importante en planes de nuevos gasoductos, con 16.200 kilómetros en construcción y otros 2.200 kilómetros propuestos, lo que representa 14.700 millones de dólares (casi 13.000 millones de euros) en riesgo de activos varados.
La 'recuperación impulsada por el gas' de Australia significa que se han planificado 12.200 kilómetros de gasoductos (600 de ellos en construcción) por valor de unos 18.600 millones de dólares (16.400 millones de euros) incompatibles con limitar el calentamiento planetario a 1,5°C.
En Estados Unidos se prevé destinar unos 47.600 millones de dólares (casi 42.000 millones de euros) en gasoductos, a pesar de la constante oposición de activistas y ONG. Se espera que este país se convierta en el principal exportador mundial de gas en 2022.
Brasil tiene 22.200 millones de dólares (casi 20.000 millones de euros) para gasoductos en desarrollo, acelerados por su nueva Ley del Gas, que reestructura los mercados gasísticos y los sistemas de infraestructuras del país para promover el desarrollo por parte de otros actores, además de la estatal Petrobras.
“Desafortunadamente, una desaceleración en el desarrollo de gasoductos en 2021 se debió más a la covid que a un reconocimiento de que el gas está contribuyendo a la crisis climática”, apuntó Baird Langenbrunner, investigador analista del Global Energy Monitor, quien añadió: “De cara al futuro, el hecho de que casi medio billón de dólares en gasoductos estén en el desarrollo no tiene sentido desde el punto de vista económico, ya que muchos de estos proyectos se convertirán en activos varados a medida que el mundo hace la transición a las energías renovables”.
(SERVIMEDIA)
22 Feb 2022
MGR/clc