Jesús Beas, de 34 años y ex adicto a las drogas, fue detenido hace dos años cuando intentaba vender 13 papelinas de heroína. En la actualidad disfrutaba del tercer grado penitenciario, por lo que sólo acudía a dormir de lunes a jueves a la prisión de Alhaurín de la Torre.

Beas, que es militante de IU, trabaja en la actualidad en los servicios operativos del Ayuntamiento de Torremolinos. Está casado, es padre de unniño y tenía condena hasta abril de 1996.

La elección del preso indultado se hace a partir de una terna que presenta el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, de entre la lista de doce elaborada por la dirección del centro penitenciario.

El preso favorecido por el indulto debe cumplir una condena de entre 3 y 5 años por delitos que no hubiesen despertado alarma social o que no estén relacionados con el tráfico de drogas.

La liberación del preso tiene en Málaga una arraigada cstumbre, que se remonta a 1773, cuando una epidemia de cólera afectó a la ciudad, suspendiéndose todos los desfiles procesionales.

Los internos en la cárcel, que por su aislamiento no se vieron afectados por la enfermedad, pidieron al alcalde de la penitenciaría permiso para procesionar a la imagen de Jesús el Rico, de enorme devoción popular. La negativa del carcelero provocó un motín entre los reclusos, que huyeron de la prisión para procesionar la imagen.

Tras realizar la penitencia todos los nternos regresaron a la prisión, menos uno que murió afectado por la enfermedad. El acto de los presos malagueños llegó a los oídos del monarca Carlos III, que impresionado por la actitud de los presos, concedió a la cofradía de Jesús El Rico la pragmática de la liberación de un penado cada Semana Santa.

Una vez que el Consejo de Ministros comunique oficialmente a la dirección de la prisión el nombre del preso liberado, éste pasará a disposición de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús el Rico, quien velrá por el penado hasta el próximo Miércoles Santo, fecha en que será liberado. El preso deberá participar después en la procesión.

Fuentes de esta cofradía, que realiza una intensa labor social en favor de los presos, afirman que la mayoría de los que fueron liberados no han vuelto a delinquir, reinsertándose en la sociedad y participando de los actos y funciones religiosas en honor a la sagrada imagen.