El autor, que cumple pena de prisión por coacciones y tráfico de droga, presentó hoy la obra en rueda de prensa. En ella narra 20 años de pertenencia a organizaciones ultras que arrancan en 1979, siendo adolescente, cuando se afilió a Fuerza Nueva.

Empezó realizando pequeños atentados por orden de sus jefes locales. Después participaría en tiroteos contra militantes comunistas, fabricación de bombas y a mediados de los 80 tomó parte en reuniones para acabar con la vida del director teatral Albert Boadella por sus montajes "antiespañoles y anticatólicos".

El historial de Crespo también incluye acciones para impedir la retirada de estatuas de Franco y protestas contra películas "antiespañolas" como "El crimen de Cuenca", de Pilar Miró. En el terreno político ha llegado a ser presidente de Falange Española-Frente Nacional Sindicalista.

Crespo se arrepiente de todos estos años de violencia ("jamás puede ser justificada") y dice que mucho más después de haber conocido en la cárcel a gente como la etarra Idoia López Riaño, alias "la tigresa", "personajes fríos que no se arrepienten de nada".

A lo que no renuncia es a su ideología. "Sigo siendo falangista joseantoniano", dice Crespo, que asegura que la extrema derecha ahora es muy residual en España porque el PP ha acaparado la mayoría de votos y los 100 grupos políticos ultras que hay "se odian entre sí", pero terminará creciendo como ha sucedido en Francia o Alemania.