A finales de agosto se envió ya a todos los centros el borrador del decreto en tramitación para que el profesorado pudiese organizar sus programaciones con los nuevos contenidos, que de hecho ya se están experimentando desde principio de curso en primero de bachiller, según informa el Ejecutivo Ibarretxe.

Según el decreto, el tratamiento de las lenguas se inscribe en el contexto del Marco Común de Referencia Europeo para las lenguas, y propone como objetivo que, con carácter general, el alumnado alcance al finalizar el Bachillerato el nivel C1 en las dos lenguas oficiales y el B2 en la primera lengua extranjera.

Para ese fin establece el euskera como lengua principal y el castellano también como lengua de aprendizaje para garantizar el dominio adecuado del mismo.

La nueva normativa incorpora medidas para favorecer que el alumnado continúe sus estudios, permitiéndole matricularse de asignaturas de segundo aunque tengan que repetir curso. Se busca así alcanzar el objetivo europeo de que el 85% de la población se titule en Educación Secundaria superior (en la actualidad alcanza el 81%).

El nuevo Bachillerato introduce también dos nuevas asignaturas obligatorias, que son Filosofía y Ciudadanía, y Ciencias para el mundo contemporáneo, y suprime los exámenes de septiembre.

Por lo que respecta al tratamiento de la Religión, el currículo respeta el principio de igualdad que ya estaba vigente en el anterior bachillerato y la opción del alumno o de sus progenitores de recibir o no enseñanzas de Religión.

Religión seguirá siendo de oferta obligatoria y de elección voluntaria, sin que ello suponga que quienes no optan por cursar Religión tengan que recibir obligatoriamente clase de ninguna actividad educativa organizada.