EUROPA SE CIERRA A LOS INMIGRANTES POR MIEDO A LAS DROGAS Y AL TERRORISMO, SEGUN "THE ECONOMIST"
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Europa ha optado por tomar medidas restrictivas ante la inmigración "por miedo a las drogas y al terrorismo", según un estudio de la revista "The Economist" titulado "Aierto para nosotros, cerrado para ellos".
Según "The Economist", aunque a principios de 1993 iba a comenzar el mercado común europeo, supuestamente con la libre circulación de capital, servicios y personas, la "promesa" de ese mercado tiene sus fallos, ya que los beneficios esperados son menores.
A finales de esta década, señala la revista, se registrará un auge de grandes proyectos que estarán lejos de hacer más fácil el disfrute de un mercado libre, ya que "pasaportes y carnés de identidad debeán ser mostrados en los aeropuertos internacionales".
"La razón es parcialmente técnica, pero mayoritariamente política", señala el estudio. "Los controles de aduanas pueden ser una molestia para los inocentes viajeros, pero son la clave para las fuerzas policiales que tratan de parar el tráfico de drogas y el terrorismo".
El "retraso técnico" está en que las fuerzas policiales de Europa necesitan una base de datos común, así como un sistema de ordenadores compatibles entre sí. En este sentido, Fancia y Alemania han comenzado a desarrollar un nuevo sistema que aunque, como se espera, empiece a funcionar a finales de año, no resolverá los "fallos técnicos" de la política europea.
Por otro lado, el informe indica que aunque en 1985 Francia, Alemania, Luxemburgo, Bélgica y Holanda apostaron por una Europa sin fronteras internas, de la que pudieron disfrutar Italia, desde 1990, España y Portugal, desde 1991, y Grecia, desde 1992, algunos "están vacilantes" al respecto.
El control fronterizo iene sentido en las islas, "donde viajantes, nativos y extranjeros son libres para caminar por donde quieran", mientras que, "por contraste, países con fronteras de tierra deben crean un enorme sistema burocrático" para el control de los permisos de residencia y los carnés de identidad.
PREJUICIOS Y CONVENIENCIA POLITICA
El artículo agrega que lo lógico sería que un visitante pudiera residir legalmente en un país miembro de la UE por propio derecho, pero "los prejuicios y la conveniencia política" n lo hacen posible. En este sentido, "The Economist" señala que aunque el Parlamento Europeo y la Comisión Europea apuestan por políticas liberales, "los gobiernos nacionales prefieren ser restrictivos".
Cuando los ministros de Justicia e Interior de la UE se reunieron en junio, recuerda, ignoraron la propuesta de la Comisión para que los ciudadanos de países no miembros residentes en la Comunidad, como los turcos en Alemania, pudieran buscar trabajo en otros países, y decidieron restringir las normas obre inmigración.
Con un elevado índice de paro en Europa, los inmigrantes se convierten así en cabezas de turco, ya que el número de éstos ha ido en aumento, de forma que actualmente representan el 7% de la población total europea.
(SERVIMEDIA)
17 Ago 1994
VBR